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Walá esquina waffles

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El emprendimiento que emergió en la pandemia para refrescar la carta gastronómica de Bolívar. Lozano y Sousa lanzaron a la localidad una tentación al paladar.

Carlos Sousa y Valeria Lozano son pareja y planean su vida en base a sueños y proyectos que van cumpliendo con el correr de los años. Así fue que fueron padres, refaccionaron su casa y hoy, arrancaron con su emprendimiento gastronómico Walá.

Sentados cómodamente en una de las mesas del muy bien reacondicionado lugar para darle forma a su local, los dos ideólogos del proyecto, contaron de qué se trata y cómo surgió la idea, que ya venía rondando en sus cabezas hace un tiempo atrás.

Durante la cuarentena del año pasado, la idea cobro más fuerza, ya que se trataba de un proyecto que querían iniciar, a parte de los trabajos en los que se desenvuelven cada uno de la pareja: Carlos, dedicado al diseño y Valeria, en el laboratorio.

“Siempre quise tener algo para mí y creíamos que era el momento. Se dio lo de la wafflería porque era una idea que teníamos desde un verano donde la vimos en Las Grutas y notamos que trabajaba un montón, estaba siempre llena. A partir de ahí, la idea estaba en nuestras cabezas, más teniendo en cuenta que en Bolívar no había nada parecido”, fueron las primeras palabras de Sousa para contar su nuevo emprendimiento.

En un principio, cuando buscaron hacer algo, los chicos no sabían muy bien con qué empezar: ropa, calzado u otros rubros; pero ya había en la ciudad, fue por eso, que se inclinaron por algo más original y ahí cerró la idea que ya tenían en mente.  “Primero pensamos en algo más chiquito, vimos un local que no era tan grande como el actual para hacer algo más al paso”, comentó Valeria.

Una de las alternativas era la casa de la madre de Sousa, que tenía el garaje vacío, cerca del parque para hacer cosas al paso; pero el proyecto fue creciendo. “Empezamos a pensar algo más grande, con cosas dulces y saladas, cerveza tirada, abrir para la hora de la merienda y buscamos otro lugar”, explicó.

 

Horarios y cartas

Sousa se detuvo en la cuestión de la hora de la merienda porque era algo que faltaba en la ciudad, subrayando que era lo que “muchos decían que era algo que faltaba, entonces, nosotros que tenemos el tema del waffle dulce, tanto el clásico como el gourmet, que es un poco más elaborado, y también lo salado en esas dos posibilidades, apuntamos a  ese horario. Todo lo dulce va acompañado de cafetería, chocolatada, gaseosa, y realmente es algo que está dando resultado”.

Lo de abrir para la hora de la merienda ha resultado, no sólo novedoso, sino que, con mucha asistencia, sobre todo de adolescentes; “vienen los padres, dejan a sus hijos merendando y después los vienen a buscar. Otra cosa que tenemos pensado cuando cambie el clima y haga más frío, es cambiar el horario de apertura y hacerlo más temprano. Hoy, abrimos de 19 horas a 01:30 de la madrugada, de martes a domingo. Cuando empiece el invierno, vamos a trabajar más con lo dulce y en horario de tarde”, adelantó Sousa.

Por la noche, para la cena se encuentra todo lo salado que sale con fritas o con las papas walá o rústicas, bastones de muzzarela, que sería a modo de entrada y acompañaría a los waffles salados, más allá que los waffles gourmet salen con porción de fritas o de batata. También hay waffle pizza, que sale muy bien y hamburguesas que se pude pedir con el pan de waffle o con el pan tradicional. Y hay en dos tamaños, ya que, por lo general, los niños comen en una porción menor, está la “hamburguesa tranqui” con jamón y queso para ellos y la XL para los adultos, que es más completa.

En cuanto a tragos, además de la cerveza tirada, se pueden pedir cerveza común y los tragos que están de moda. También, todo tipo de café para acompañar los waffles en la merienda.

En la línea de postres, hay waffles dulces; pero para aquellos que no quieren volver a repetir lo mismo, hay copas de bocha de helado, copa split con banana y dulce de leche, mix frutal con helado y otras opciones más. Agrega que “mucha gente viene después de cenar de sus casas a comer el postre acá, es como salir a tomar un helado; pero vienen por un waffle dulce, que se presenta con una bocha de helado.

 

Ubicación y organización

Walá está ubicado en la esquina de avenida Alsina y calle Olascoaga. Sousa contó que “buscando lugares me acordé, teniendo en cuenta que quienes estaban antes (Gallo Cereales) son clientes míos como diseñador y la llamé a Eugenia, en el mes de junio del año pasado, para saber qué iban a hacer con el local y me dijo que se iban para octubre y que el local era de Alberto Pereira. Al otro día, hablé con Alberto y me dijo ‘sos el primer interesado´, así fue que el 15 de noviembre me dieron el local, estuvimos dos meses armando todo y el 15 de enero abrimos”.

El comienzo de Walá superó totalmente las expectativas de sus dueños. Relata Sousa que “Desde el primer día, más allá que en la inauguración vienen amigos y conocidos, todos los días se da con mucha gente, a veces público haciendo cola, vemos recambio y gente que vuelve a venir. Hemos tenido mucha aceptación, es algo nuevo, vienen a conocer pero se van muy contentos”.

Walá cuenta con cuatro personas en la cocina a la noche (tres que arman y una bachera), dos que van a la mañana a elaborar, tres mozos que van rotando y “nosotros con mi hijo que es una especie de comodín. En la cocina, como jefa está la hermana de Valeria, Claudia Lozano, que es una parte importante del emprendimiento”, dijo Sousa, al tiempo que agregó que “el emprendimiento es familiar, como así también lo es el ambiente y muy tranquilo”, sintetizó.

Volviendo al inicio del emprendimiento, explicó que “era algo que teníamos pendiente, no sé si era el momento, aunque si esperás que sea el momento del país, parece que no será nunca para emprender algo; pero decidimos arrancar. Lo que nos dio la pandemia fue que pudimos comprar las cosas de a poco, así nos fuimos armando, porque después un local seguro que íbamos a encontrar: compramos las waffleras industriales, de a una por vez; de seis sillas; vajilla; todo muy de a poco. Si tuviéramos que haber puesto toda la plata de una no lo hubiéramos podido hacer. Dentro de lo malo de los meses de la pandemia, algo bueno nos salió”, resumió Sousa.

Si bien por la pandemia no se puede trabajar al ciento por ciento, el lugar de Walá, con una amplia vereda, permite que muchas mesas se puedan poner al aire libre, además de cumplir con el protocolo que se requiere para este tipo de lugares. “Adentro estamos restringidos al 50 por ciento de la capacidad total; pero lo vamos manejando y, más allá de esta situación, lo positivo es que podemos trabajar y que los días ayudan porque la vereda siempre ha estado llena”.

Al emprendimiento lo toman como “un proyecto que teníamos, como tener una hija”, dijo entre risas Sousa, “o como agrandar la casa. Todo lo vamos cumpliendo, siempre nos ponemos metas y proyectos como pareja para estar vivos porque es bueno. Tener un negocio era algo que teníamos pensado desde hace mucho, pero no sabíamos qué poner, la idea estaba en nosotros y salió esto. Sabemos que es esclavo, pero es un esfuerzo que hacemos con la familia”.

 

Con respecto a la definición del nombre del negocio, Sousa expresó que “tiramos mil nombres. Queríamos algo corto que sonara bien y, en realidad, el nombre es un derivado de una palabra francesa voila, que se pronuncia walá y que significa ya está, listo o rápido. Y como el waffle es rápido de armar o hacerlo en su cocción, salió ese nombre con w inicial, por waffle, quedando walá. En realidad, el nombre se le ocurrió a Valeria”, reconoció, Sousa.

Como algo para destacar, sus dueños resaltaron que “le hemos tomado la mano a la cocina y en 15 ó 20 minutos ya están los pedidos en la mesa de los clientes, que es algo muy a favor cuando hablamos de un lugar de comidas, en donde todos buscan la rapidez. Tiene que ser una mesa muy grande para tardar un poco; pero por lo general, en pocos minutos ya está el pedido servido”.

Si bien todavía no tienen el servicio de delivery, que se implementará más adelante, lo que se puede hacer es pedir e ir a buscarlo al negocio.

Walá se encuentra en la esquina de avenida Alsina y calle Olascoaga, de 19 a 01:30 horas, de martes a domingo.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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