Buscando clientes evangelistas

 

Los marketineros han desarrollado el término de clientes evangélicos para referirse a los mejores clientes a los que se pueda aspirar en una empresa.
Dicen que los evangelistas son apasionados y leales, que además son de recomendar a aquellas empresas en las que creen; son clientes que comunican, y cuando vienen los tiempos difíciles, son los principales defensores (promocionadores) de los productos que consumen. Pero aún más, son personas que perdonan, asumen los fallos y creen que existen buenas intenciones en nuestras prácticas. Pero más importante, repiten sus intenciones de compra.
En ellos han puesto los ojos las grandes empresas, como una forma de buscar métodos exitosos de confiabilidad a través del ejemplo y por medio de sus propios clientes. Estos últimos colaboran anónimamente en las estrategias de marketing y comercialización.
Los clientes en mención pueden provocar grandes beneficios a través de sus acciones, opiniones y recomendaciones acerca de la marca, servicios, productos que se comercializan. Las empresas que cuentan con clientes evangelistas, ahorran mucho dinero en publicidad, porque se concluye que el término evangelista está basado en el concepto: “portador de las buenas noticias”.
Una empresa que ha sido vanguardista en ello fue Apple, convirtiendo a la misma en una marca de culto, magnificando su autoimagen en forma icónica, transfiriendo a sus clientes su filosofía y valores, haciéndolos veneradores y evangélicos. Conviene diferenciar con un cliente fiel, un comprador regular. Un cliente Apple transmite por convicción y conocimiento cabal, su experiencia con el producto, y el servicio que la marca aporta; ha pasado por la atención, interés, convicción, compra, siendo parte del desarrollo del producto en cuestión.