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Premio Joven Empresario de la Cámara

“El arte de dar vida”

David Atín realiza restauración de muebles, diseño y cortes en router y plasma en distintos materiales, un especialista en tomar la tradición y llevarla a la actualidad. “Es una pasión muy fuerte que tengo por este oficio”, afirma con espíritu emprendedor.

 

 

David Atín, empezó de cero con el trabajo de carpintero. Realizó cursos y, poco a poco, fue descubriendo esa interminable pasión que hoy siente por el oficio.

Un nuevo curso, en este caso de restauración de muebles, terminó por definir que esto era realmente lo que le gustaba por sobre todas las cosas. “El rubro de carpintería es muy amplio, está la construcción de muebles, de obra, etcétera; pero lo mío está más dedicado a lo manual o artesanal”, definió.

Como muestra de superación y progreso, amplió su campo de acción incorporando tecnología de avanzada para realizar diferentes trabajos con una máquina Router de CNC y plasma en 2 y 3 D.

“En la actualidad, me encuentro haciendo varias cosas, apuntando mucho a la máquina nueva porque hay un mercado desconocido y, a parte, te permite crear cosas impensadas”, expresó.

La pasión y el amor por este oficio lo llevó a abrir otro camino: el de la docencia. Hoy se encuentra enseñando lo que aprendió y tanto le gusta: el oficio de carpintero.  

David, más allá de la incorporación de tecnología de punta a su trabajo, no olvida su raíz de carpintero y restaurador, que lo llevó a ganar el premio Joven Empresario, como empresa de restauración de muebles “El arte de dar vida”, en la categoría Promoción al Oficio, que otorgó la Cámara Bolívar el mes pasado.

 

David hace ocho años que empezó a incursionar en el mundo de la carpintería, iniciándose desde lo más básico, a través de un curso en el Centro de Formación Profesional N° 401. Hizo dos cursos, descubrió que le gustaba y empezó a dedicarse a este oficio. “Comencé en mi casa a arreglar los clásicos problemas que surgen como las sillas, las ventanas y otras cosas. Así se fue extendiendo al pariente, al vecino, hasta que me di cuenta que esto era lo mío y decidí volcarme por este camino”, relató David.

Sobre su formación en el oficio, explicó que “prácticamente fue sola. Nunca antes había trabajado en una carpintería, no tengo familiares que se hayan dedicado a este oficio, yo salí solo y desde cero. Así me empecé a comprar las herramientas, que es el trayecto más largo y la parte más difícil, porque hay que tener herramientas y equipamientos adecuados para trabajar en esto, que hoy es una pasión muy fuerte que tengo”.

Luego de los cursos de carpintería, hizo uno sobre restauración de muebles en la misma institución y ahí “sumé algo más a este oficio; pero por sobre todas las cosas, empecé a darme cuenta que mi gusto era por esta actividad. Carpintería es muy amplio, está la construcción de muebles, de obra, etcétera; pero lo mío está más dedicado a lo manual o artesanal. Esto me gusta y es un pasatiempo divino, por ahí no me pongas a hacer un mueble, más allá que si lo tengo que hacer lo hago sin problema; pero prefiero algo para lijar, restaurar y esto tiene que ver también con que los muebles antiguos me gustan mucho”.

Todo para David fue un aprendizaje y un hecho de superación diaria. “Después me compré la pistola, nunca había pintado de esa manera y lo sumé a mi equipo de herramientas que me sirvió para la etapa final de un trabajo, sobre todo, con lo que es la parte de pintura, laca y demás”.

“La formación en el oficio fue de cero y solo. Siempre preguntado, a prueba y error; pero siempre tratando de aprender”, sentenció.

Hoy, la actividad laboral de David, sobrepasa mucho más lo que son trabajos de carpintería y la restauración de muebles. “Si bien hago eso: arreglos, muebles nuevos, reciclado de muebles que es lo que más gusta, también hago algo de carpintería rural como reparaciones”.

A lo que es el trabajo manual o artesanal, David lo complementa con la tecnología. Su última gran adquisición fue una máquina Router de CNC y plasma en 2 y 3 D, “si bien sale un poco de lo que yo hago; pero me permite agrandar mi campo de acción”.

Esta máquina moderna permite mecanizar todo tipo de trabajo en maderas blandas, trabaja con un sistema computarizado, a través de un programa de diseño, que se puede hacer en 2 ó 3 D, lo volcás a la máquina, pasa a otro programa y la máquina lo pone en práctica. Después de estar dos años siguiendo la máquina, porque son costosas para mí, puede adquirirla y también sumé una máquina combinada que es una fuente plasma mecanizada donde se puede cortar todo tipo de chapa, hasta 4 ó 5 milímetros de espesor, siguiendo un diseño. Esto es algo nuevo, que me gusta mucho porque está bueno al permitir crear hasta el infinito y lo que vos quieras hacer”.

 

David decidió no quedarse en el tiempo, sin abandonar el viejo oficio de carpintero y la restauración artesanal, sumó las nuevas tecnologías, porque “sabemos que este oficio tiene mucho de artesanal, del uso de las manos y si bien soy joven ya siento los achaques que están presentes como en las muñecas, dedos y demás, por eso no sólo surgió la idea de dar clases sino también incorporar y sumar tecnología para, de alguna manera, suplir en parte el trabajo con el cuerpo y ampliar mi radio de acción laboral. Hoy, me encuentro haciendo varias cosas, apuntando mucho a la máquina que adquirí recientemente porque hay un mercado nuevo y aparte te permite crear cosas impensadas”.

Hay varios tipos de máquinas y de diferentes medidas, la que compró David es de una medida intermedia que permite hacer trabajos importantes en cuanto a dimensiones. “Este proyecto lo llevamos adelante con mi señora, que es diseñadora gráfica, con lo que se ocupa de toda la parte de diseño, a mi dame la máquina; pero entre los dos compensamos los trabajos y cada uno vuelca lo que sabe para que las cosas salgan lo mejor posible”, explicó.

 

Con esta adquisición, la idea “es abarcar toda la demanda que surja en Bolívar y la zona porque todavía no es una máquina que está en todos lados y también crear cosas para publicar, mostrar, vender y que la gente nos empieza a conocer. Mi perfil es bastante bajo; pero debemos darnos a conocer porque la inversión con la máquina fue alta y nos permite dar un salto en lo laboral en todo sentido, porque es algo nuevo y de mucha tecnología”.

Desde hace un año y luego de buscarlo, porque también le gusta transmitir lo que sabe, David da clases de lo que aprendió en todo este tiempo en un Centro de Formación Profesional. “Es algo que me gusta esto de enseñar; pero todo arranca por la pasión que yo tengo por este oficio. Era algo que me interesaba, como que me urgía dar clase y enseñar este mundo”.

Volviendo al oficio del carpintero, David realizó un reproche que se hace consigo mismo, en el sentido de “no haber descubierto este oficio mucho antes y no haber podido trabajar con un señor carpintero para mamar, como se dice, el oficio porque ahí es donde te nutrís realmente. Yo hace ocho años que hago esto y la evolución ha sido paso a paso y a prueba error. Por otro lado, y relacionado con esto que tanto me gusta, me surgió la necesidad de poder enseñar, sobre todo, pensando en los jóvenes. Para mí la escuela de oficio es mi segunda casa, tiene un prestigio enorme y le tengo un gran cariño porque me permitió formarme y descubrir lo que me gustaba. Así nació esa necesidad en mi de poder transmitir lo que aprendí, primero porque me gusta enseñar, hay otros que no lo hacen y así empecé a armar el proyecto, además de empezar a formarme como docente con capacitaciones ya que lo tomó muy en serio porque es algo que me interesa. Todo lo hago con mucho esfuerzo, a pulmón y siempre con la satisfacción de hacer lo que me gusta. Siempre buscando progresar, como por ejemplo, con la adquisición de la máquina router”.

Con relación a la nueva máquina y a la tecnología, David expresó que “la idea es armar un combo entre lo que es el trabajo tradicional y lo tecnológico porque hay un amplio espacio para expandirse, donde se pueden ofrecer muchos más servicios, aunque ahora el objetivo es terminar de pagar la máquina y avanzar a paso firme”.

Pese a todo esto, David no olvida su raíz de carpintero y restaurador, que lo llevó a ganar el premio Joven Empresario, reconocimiento que lo hace sentirse sorprendido. “Cuando empecé a ver la lista que se dio a conocer de todos los concursantes, conocía sólo a dos o tres y en realidad, me anoté muy de la nada como sin tener ninguna expectativa. Sabía que lo que ofrezco con la máquina es algo interesante, innovador; pero nunca pensé en poder ganar. Hoy me quiero acercar y llegar un poco más a la Cámara porque estar en esos lugares es importante para mostrarse, como ocurrió con los premios, por eso fue que me anoté para participar”.

David se mostró muy agradecido y consideró que “es un reconocimiento y un orgullo muy grande a la vez, porque todo lo que vengo haciendo es muy de abajo y a pulmón, todo con mucha vocación, entonces, cuando llegan estos reconocimientos uno lo toma de muy buena manera porque además, es como que te alinean y te hacen saber que el rumbo por el que vas es el correcto para llegar al lugar que te pusiste como meta”.

David realiza trabajos de restauración, reciclado, pátina, madera reciclada, trabajos de pintura, etc. Y con la aplicación de la tecnología, cortes de letras, cartelería, mecanización en chapa, acrílicos y todo tipo de diseño que uno tenga en la cabeza para pasarlo a la máquina. “Hoy yo tengo la satisfacción de levantarme sin pereza para venir a trabajar porque esto es lo que me gusta, puedo estar las 24 horas lijando y lo hago con gusto. Por eso, todo esta que está pasando lo vivo con una satisfacción enorme”, cerró David.

Contacto: Facebook David Atín, TEL: 2314 463642.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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