Se venden productos, sean lo que sean

 

Históricamente el marketing diferenciaba la comercialización de productos y servicios, cuando se está estableciendo que siempre se trata de vender un producto a nuestros clientes, diferenciando de esa manera lo tangible de lo intangible.

Según la revisión teórica del marketing, se considera que un "producto es cualquier bien, servicio, experiencia o idea susceptible de satisfacer una necesidad y que tenga un valor para el consumidor". Por ende se trata de un concepto abarcativo, que no es excluyente entre ellos, pues un producto puede incluir más de un concepto.

De esa manera se entiende como BIEN al objeto físico, tangible, normalmente almacenable, y que puede ser perecedero o no. Los ejemplos son más simples, se pueden "ver", como un auto o una mesa, una computadora o una fruta... Si bien todos se pueden almacenar, algunos de ellos son perecederos (ej, una verdura), y los demás no lo son o tienen un tiempo prolongado de existencia, tales como los autos o teléfonos móviles, los que padecerán de una "obsolescencia programada".

               

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                            

Por su parte un SERVICIO también es un producto, aunque es intangible (no es físico, ni almacenable, y siempre será perecedero). A modo de ejemplo podemos considerar como tales al servicio prestado por un mozo en un bar, el caso llevado adelante por un abogado, o la educación brindada por un docente. Como observarás, todos perecen al momento de finalizar la prestación, servido el café, terminada la asesoría legal, o finalizada la clase. También, cada uno de ellos ha ofrecido un producto que -adquirido- satisface las necesidades y deseos de un consumidor.

 

Casi en un mismo sentido que en el caso anterior se encuentra la EXPERIENCIA, tampoco es físico ni almacenable, y también es perecedero ya que se extingue con el disfrute de la misma. Es otro producto, uno de los que más desarrollo ha tenido en los últimos años por parte del marketing, generando una subdivisión de la profesión en lo que se conoce como marketing de experiencias.

Entre los ejemplos que podemos hallar en la subcategoría van desde las "Cajitas Felices", a los paquetes turísticos destinados a un público específico (Smartbox) como una experiencia en sí misma, tanto sea un viaje de aventuras, el turismo rural, el gastronómico, un vuelo en parapente o masajes en un spa, boletos para un restaurante... o todo aquello que sea "susceptible de satisfacer una necesidad y que tenga un valor para el consumido".

 

Para la categorización de IDEA se está profundizando su accionar cada vez más por parte de los marketineros. Las ideas también demandan acciones de marketing, sean religiosas, políticas, institucionales. Cada organización deme sumarse a campañas de comunicación para difundir su mensaje, desde una campaña por la prevención del cáncer a una proteccionista de animales, de la separación de residuos a la donación de médula ósea, o los donativos para castrar animales en la vía pública. Hasta McDonald´s vende la idea del "fast food" o comida rápida vinculado al estilo de vida americano.

 

Como se dijo, también están los MULTI característicos, es decir que pueden considerarse desde más de una subcategoría, incluso todas. Por ejemplo, hay emprendimientos que conjugan el servicio, la experiencia y la idea; tal como en el caso de las comidas en un restaurante, ya que el servicio puede ser similar en casi todos (un mozo atendiendo el pedido), aunque pueda existir una diferenciación en tanto calidad o rapidez o autoservicio. En cuanto a lo tangible, es decir la comida, puede concebirse como el mismo producto final, o en el caso (ej.) de la comida macrobiótica (o la chatarra, o mexicana, o peruana), en la experiencia misma. Finalmente la idea, como la mencionada al estilo de vida americana en una cadena de hamburguesas.

Pero, finalmente, lo importante es considerar que en todos los casos se trata de intentar satisfacer una necesidad, y que por lo tanto, tienen un valor para quien lo consuma.