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Montero: reinventando la venta de autos

 

Comenzó a vender autos con el tarrito en el techo hace más de treinta años. Hoy Rubén Montero afirma que “no haría otra actividad que no fuera vender”.

 

Rubén Montero, comenzó a transcurrir este año 2019, cumpliendo 31 años dedicado a la venta de automotores en su propia agencia. Aunque, en realidad, él mismo reconoce que son más años porque “como todo vendedor, empezamos siempre con el tarrito. En mi caso, comencé con Carlos Casartelli, en la oficina de su mamá y haciendo también, las veces de oficina, el propio auto que teníamos para vender sentándolo al cliente”, relató en el comienzo de la entrevista.

Luego de comenzar trabajando bajo esta forma, en mayo del año 1988, ya tenían un local habilitado con la conocida agencia U.A.M.; pero “un tiempo antes vendíamos, cuando éramos socios con Carlos, en la calle. En ese momento, vendíamos la marca Renault, por lo que veíamos un auto de esa marca en la calle, tocábamos timbre y empezábamos a tratar de convencer al vecino de cambiar su auto”, recordó Montero.

Sobre la elección de trabajar en la venta de autos, Montero explicó que “desde muy chico, con 14 años cumplidos, entré a trabajar en la firma Gómez Tello en la parte de Confort Hogar: muebles, sanitarios, etc. Trabajé varios años en ese lugar, en una firma muy buena donde Ramón Tello era uno de sus directores junto a Rodolfo Gómez y a Iriondo, el padre de “Tito”.

En ese momento, era “Bazar Oriente” pero “yo trabajaba en Confort Hogar y mi jefe era  Rubén Díaz. Un día viene Oscar Iglesias, que era uno de los dueños de Ipaga, para llevarme a trabajar en la venta de herramientas, en el negocio de calle Mitre y avenida General Paz. Vendiendo herramientas no me fue muy bien, porque caí en momentos muy difíciles para la venta”; pero rescató algo como positivo de esa situación: “a mí me dieron un auto 0 kilómetro, que era una Citroneta K 400 para recorrer la zona, cosa que yo no había hecho nunca, como ir a vender a Olavarría, Carlos Casares, Henderson, ya que en todos lados había un sub agente de Ipaga”.

Montero reiteró que no le fue bien en la venta de herramientas porque; primero, “no me gustaba la herramienta y segundo, la situación no era buena para el campo en ese entonces. A pesar de tener una buena expectativa, no fue un trabajo redituable”.

La Citroneta que tenía Montero para salir a la zona había sido comprada en Automotores J. A.Orsetti, de Alberto Orsetti, a donde se llevaba para hacerles los controles. “Un día el propio Alberto me preguntó si no conocía a alguien porque necesitaba una persona joven para hacer la zona. En esa época, principios de los años ochenta, se vendía muy bien todo lo importado, era el tiempo de Martínez de Hoz. Así fue que luego de esta conversación, decido irme de Ipaga a hablar con Alberto, en donde le planteo que quería irme del trabajo. A lo que Orseti me respondió que Ipaga eran clientes y no quería tener un problema con ellos y ahí terminó la charla. A pesar de esto, yo seguía buscando otro trabajo sin irme de Ipaga. Seguía yendo a lo Orsetti a hacer los controles al vehículo y un día me volvió a preguntar qué pasaba con mi trabajo en Ipaga, a lo que le respondí que estaba buscando algo para irme. Me dijo si estaba decidido a irme realmente a lo que le dije que sí, porque no me entusiasmaba el tema de la venta de herramientas. Finalmente, termino arreglando con Orsetti y me voy a trabajar a esa firma de venta de autos”.

“Vendimos muy bien hasta que se cayó lo importado porque, este país, tiene estas cosas. En el año 1982 dejó de entrar lo que venía de afuera, se hizo carísimo vender un auto de esas características, como el SX, el GS, el Citroën Nisa, junto a una marca japonesa de autos; pero se cayó la venta, se desplomó por lo que no sabíamos qué hacer ya que ni él vendía, ni yo ganaba plata. Esta situación hizo que me fuera y empiezo a trabajar por mi cuenta”.

Así es que Montero comienza una nueva etapa: renuncia a Orseti y empieza a trabajar junto a Juan Carlos Casartelli, vendiendo Renault para Centro Moto de Tandil, en el año 1982. “Me acuerdo porque, en ese año y principios del siguiente, hubo una cosecha récord en Bolívar, a tal punto de estar tirado el cereal al no alcanzar los silos para almacenarlo”.

Con ese contexto positivo “comenzamos a vender la marca Renault y desde ahí no dejé de vender más autos”, sintetizó.

Instalado en un lugar físico, a modo de agencia, Montero contaba con un local en  calle Quirno Costa; “pero como no estaba en muy buenas condiciones, cuando vino el representante de U.A.M, me dijo de alquilarme otro, que estaba ubicado frente a la estación de servicio de avenida San Martín y Olascoaga. Ese fue el primer local que inauguramos de U.A.M en Bolívar, teniendo el local de usados en Quirno Costa y el local de autos 0 kilómetro en  avenida San Martín y Olascoaga”, recordó.

Más adelante, la misma agencia alquiló un lugar más grande, en avenida Alsina y calle Güemes, que era de Garat, donde fusionaron las dos secciones de vehículos nuevos y usados.

 

Luego de 30 años en este rubro, han cambiado muchas cuestiones relacionadas con la venta y también con el avance tecnológico de los vehículos. Al respecto, Montero consideró que “sobre todo, se dieron cambios en los automóviles; la forma de venta, no tanto. Hoy, en lo que hace a la comercialización siguen estando los planes de ahorro de esa época. Algunos, se fueron modificando y en lugar de 60 meses ahora son 84 meses”.

Consultado sobre la primera forma de venta que habían implementado yendo a buscar al potencial cliente a su casa, Montero consideró que se va a volver a esa vieja forma. “Hoy, con la venta muy tranquila que tenemos, creo que tenemos que empezar a hacer ese trabajo. Yo recuerdo que en esa etapa, con Fiat - Peugeot, en un año, hicimos toda una presentación en una quinta de Aníbal Parada de Organización Casajús, a quien le vendíamos muy bien, en donde invitamos a 50 ó 60 futuros clientes y llevábamos todos los autos para hacer una prueba de manejo. Yo creo que estas cosas van a volver y hoy, por ejemplo, terminamos de vender un auto y se lo llevamos al cliente para ver todos los detalles. Vamos a tener que volver a trabajar de esa forma”, insistió.

Donde sí se nota un cambio con respecto a la venta tradicional es con relación a los medios o formas virtuales, “se vende mucho por internet, en realidad, el cliente viene a decirte quiero ver el auto que tenés en la página, hasta te llaman de otras ciudades. Hoy, esto se da en todos los rubros de comercios y no trabajar con estas formas nuevas o con las tecnologías, te va a hacer quedar en el tiempo”.

En cuanto a la tecnología de los nuevos vehículos, si bien avanzó mucho, Montero señaló que “no es nada lo de hoy con lo que va a venir. Por ejemplo, al mirar un test drive de un Nissan nuevo, uno observa que ya es eléctrico y vale 61 mil dólares. Se va a empezar a vender en Argentina por el sistema preventa y viene con cosas increíbles, como el frenar solo si hay un auto adelante y no lo advertimos, entre otras cosas”.

El rubro de la venta de automotores tiene la peculiaridad que pocos otros rubros tienen y es que se vende un auto a un cliente y después pasan, por lo menos, unos años sin volver a comprar o cambiar el vehículo. “Normalmente el cambio del auto es cada dos o tres años, a veces se hace mucho más largo porque la gente no puede; pero normalmente es ese tiempo. También, te ayuda que los autos van cambiando mucho, en lo que hace a faros, llantas, carrocería y hace que constantemente uno intente cambiar el vehículo”.

 

Consultado sobre tener estos más de 30 años en la espalda, Montero respondió que “ayuda y mucho. Yo tengo una clientela y vivo gracias a ellos. Hay que agradecerle al público que uno ha tenido durante todos estos años. Tantos años ayudan a que alguien venga porque te conoce desde todo este tiempo. Y hasta no importa en qué lugar de la ciudad estés, sino que la gente va igual. Nosotros hemos vendido autos a gente que era el abuelo y hoy le estamos vendiendo al nieto”.

A modo de resumen de esta larga trayectoria comercial, Rubén Montero no quiso dejar pasar y mostrarse agradecido a la vida. “Me compré mi casa, tengo mis autos, mis hijas estudiaron, qué más voy a pedir, nada más”.

De volver a arrancar, Rubén volvería a elegir el mismo rubro para su trabajo. “Seguiría en esto, es algo que me gusta y si no vendo autos porque se comercializa de otra manera, vendería algo, otra cosa. No haría otra actividad que no fuera vender”.

En la actualidad, en Rubén Montero Automotores, se puede encontrar autos 0 kilómetros, variedad en multimarcas y, desde hace unos meses, están representando a la marca Nissan. “Esta marca, estoy convencido, se viene al país muy fuerte. Cuando empezaron a fabricar la camioneta Frontier en el país y poner la plata que ponen, es porque vienen para quedarse. Nissan es una firma japonesa y sabemos lo que son los japoneses trabajando, con mucha seriedad y le tengo mucha fe a la marca”.

Nissan ofrece en el mercado, tanto lo que son vehículos y camionetas. En Montero Automotores, hay test drive para que aquellos interesados puedan probar esta marca. “Trabajamos con Noale S.A, me gusta mucha la firma, es seria y de muchos años con diversidad de marcas con Renault, Peugeot, Nissan; es una empresa muy grande de Pergamino, que recorre toda la zona. Estamos empezando con esto, despacito como siempre; pero reitero que le tengo mucha fe a la marca Nissan”.

Igualmente, se pueden encontrar autos de variadas marcas como Ford, Fiat, Peugeot, entre otras.

En cuanto a las formas de pago, Montero indicó que “siguen estando y, sobre todo, en 0 kilómetros hay algunas marcas que tienen 12 meses con cuota cero o 18 meses a 9,90. Hay algunas marcas con financiación; pero lo que está faltando es la financiación para el vehículo usado, que ahora es muy alta, tremendamente alta y es muy simple que así sea porque cuando mirás los bancos, la tasa que están pagando para colocar la plata es elevada, no té pueden dar plata barata, es así”. Por ello “necesitamos un cambio en el país para que haya tasas normales, que podamos vender un vehículo en tasas acordes y no la locura que tenemos hoy, porque así como está, un empleado no puede pagar una cuota, porque por lo que le ha subido el costo de vida, los servicios y demás, se le hace imposible pagar una cuota”.

Desde hace unos años Montero cambio su tradicional lugar en calle Quirno Costa y se instaló a la vera de la ruta nacional 226. Consideró que se trata de “otra vidriera, la ruta te ayuda mucho. Y como negativo, tenemos la suciedad y no podemos lucir un auto 0 kilómetro porque alrededores faltan calles asfaltar y vuela mucho polvillo; pero en todo lo demás, estamos re cómodos y sí, la ruta ayuda a vender”.

Además del amplio local sobre la ruta, también “estamos construyendo un local a una cuadra de distancia de la agencia que se está haciendo y que, por ahora, es un depósito”.

La ubicación de la agencia es ruta 226, kilómetro 401, en dirección hacia Pehuajó, teléfono 42 6049 y la página es www.rubenmontero.com.ar que siempre está actualizada

 

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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