“Puedo PODER, es mi POLITICA”

Por Verónica Ruiz

 

Habiendo dejado presentada, en la edición anterior, las vestiduras con las que se arropa el no saber y persiguiendo el objetivo de desnudar a cada uno de estos cuatro jinetes que nos mono-comandan la vida, hoy nos convoca la política y su legado vocifero de no poder.

Bajo el prisma unipersonal, con el que cada uno ve la vida que se teje frente de sí, resulta muy sencillo comprender que cada quien decide qué puede y qué no puede.

Pero masivamente esto parece una idea loca, nos embanderamos popularmente en el lema de la protesta y el reclamo hacia arriba, afuera o al menos hacia los lados, sin darnos jamás, en el centro de nuestro pecho, logrando poner la responsabilidad y la culpa en otro sitio y quedándonos como niñitos caprichosos a la espera de soluciones. Así hemos comprado el producto enlatado, que el poder lo tienen unos pocos, que es cosa de otros, que todo está arriba de nuestras cabezas y que nada podemos hacer. El no puedo ha sido el superhéroe de nuestra época. Instalado en boca y lo que es peor, en mentes de casi todos, le hemos tomado como salvavidas, e incluso, la usamos como pancarta donde esconder la nariz.

Con evidencias prácticas, puedo afirmar que el poder es cuestión de decisión; a menudo se trata de iniciar haciendo pequeños actos y pronto a ello, cataratas de acciones!!! Empoderarse es reconocerse con el poder natural que yace en nosotros desde siempre, darle lugar a esa fuerza que puja por ser y dejar de temernos a nosotros mismos. Aunque nos cuesta reconocerlo, lo que más pánico nos da es hacernos cargo de todo ese poder que sabemos que recorre nuestras venas y nos resulta más sencillo adormecerlo con tintas de plumas sin escribir.

La política, cuyo vehículo es el poder, ha sido atacada por nosotros mismos, desprestigiándola como si fuera una actividad ajena al hombre que la ejerce y al que la mancha. Pisoteada, ya casi a punto de fallecer, lo único que susurra por lo bajo, es: no fui yo!, claramente está herida de muerte, como también lo estuvo la filosofía; ¿será que los hombres tenemos ese poder enorme de matar a las disciplinas, por no darnos en el ojo a nosotros mismos, como responsables ejecutores de ellas? ¿Te has preguntado alguna vez, como sos vos con respecto al entorno? ¿A la política? ¿Cómo sos con respecto a la crítica? ¿Cómo te paras frente al poder?

Buscadores de respuestas, sepan que no las hallarán afuera, solo quien se hace grandes preguntas despierta!! Y despertar lleva consigo la irrefrenable evidencia de que estamos aquí para hacernos cargo de nosotros mismos, y para ello estamos dotados, todos y cada uno de nosotros, con el poder necesario para gestionar nuestras vidas y como consecuencia, la del entorno también.

Alguna vez alguien pensó que si nos hacían creer que no podíamos, íbamos a no poder, y así ha funcionado por demasiado tiempo. Ahora podemos develar ese engaño, hoy sabemos que el poder más grande habita en cada uno de nosotros y que solo requiere de la decisión de utilizarlo para crear la realidad que deseamos. 

Cuando sientes el latido de tu corazón, y tomás conciencia de él, sabés que algo más grande que tú mismo, te lo está dando. Con esa misma conciencia te invito a que te veas en tu propio poder, porque hasta el día en que ese corazón deje de latir, todo lo que hagas será a partir de lo que vos mismo decidas hacer. Y si acaso es la primera vez que leés algo así, y te asombra la idea de saberte poderoso te invito a que te atrevas a dar lugar a la duda, preguntándote: ¿También será para mí? ¿Será acaso, que yo también puedo poder?

Quizá es momento de redescubrirlo todo. Llevá tu poder al más alto estadío, ampliá tu modo de verlo todo, desafía las reglas, acentúa el foco en las excepciones, porque estas no son tales, sino que son la evidencia de que las reglas se quedan pequeñas, frente al enorme poder de saberte empoderado en tu propia forma!!!

No hay mayor poder, que el de poder ver. Que sea a la luz de tus propios ojos donde se gesten los cimientos de una humanidad humanizada, potenciada por su fuerza y conciencia plena, apasionada en co-crear y dichosa de vivir políticamente alineada.