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Cimentando Bolívar

La centenaria empresa busca entrar en una nueva etapa de su vida comercial. “Toda una vida el apellido Devito ha estado ligado a Bolívar” dice Carlos mientras esboza nuevos proyectos.

 

 

 

 

Carlos Devito, simplemente Carlitos encabeza un negocio centenario que es sinónimo de la construcción en la ciudad, la que edificó muchos de los edificios más emblemáticos de la ciudad.

Desde el 13 de marzo del año 1967 Carlitos conduce el corralón de materiales donde “antes era de Sánchez Bedatou y mi padre, cuando vendió un departamento del edificio San Martín, compró esta propiedad y desde esa fecha estoy a cargo del negocio. Es increíble pero ya se pasaron 53 años”, definió en el comienzo para contar su rica historia y la de su familia.

Más allá de haber cumplido más de media década relacionado al rubro de construcción, el apellido Devito está intrínsecamente relacionado con Bolívar. El propio Carlos, armó un entrepiso en el negocio y montó una muestra que denominó “El andamio” para dar cuenta de todas esas historias que unen a su apellido con la ciudad, “tengo un pequeño museo dedicado a mi familia, que ya cumplió más de 100 años en la construcción, por ejemplo, con la empresa constructora se levantaron edificios tan emblemáticos para Bolívar, como el Banco Provincia, el Club Social, el Pórtico de acceso al parque, el Asilo de Ancianos, el cementerio, los galpones de la Sociedad Rural, entre otros tantos y además de muchísimas casas de familia”, enumeró con orgullo.

 

Como dato llamativo, sobresale que entre los años ‘35 al ‘40 se construyó la pileta, el calce de la glorieta, el pórtico, el estadio municipal y el monumento a San Martín, bajo la conducción comunal de Capredoni. “Hay una dato curioso, en particular, con el monumento a San Martín: Yo tengo el plano del andamio guardado en el museo y tiene la fecha del mes de agosto de 1935 y se terminó en octubre de ese mismo año, con lo cual, se tardó dos meses en armar el monumento y, en ese entonces, hay que tener en cuenta que no había grúas ni nada. Todo se construyó con ese andamio”, se acordó Carlos con admiración.

Cuando Carlos tomó el mando del corralón de materiales, su propio padre no quería que siguiera en el rubro de construcción porque ya había comenzado a detectar problemas, que luego se hicieron propios con ciertos temas relacionados al personal y otras cuestiones más. “Mi propio padre me dijo que no quería que yo sufriera los mismos problemas por los que el atravesó; pero los inconvenientes también vienen solos con el negocio porque yo llegué a tener 30 empleados, una sucursal en Daireaux, una fábrica de bloques, un tambo y este negocio, que en su momento, trabajó a pleno”.

El negocio siempre funcionó en el mismo lugar y Carlos se hizo cargo del mismo cuando sólo tenía 16 años. En esa época, también Devito Construcciones tenía un horno de ladrillos y según recordó, el primer trabajo que hizo fue cargar los pisaderos del horno. En ese mismo período, “se construyó el barrio Los Troncos y me tocó llevar los ladrillos a mí. Al horno que teníamos, mi padre lo hizo funcionar como una verdadera fábrica de ladrillos comunes. El mismo, estaba en una chacra y tenía cuatro hornallas de 50 mil ladrillos cada una, siendo uno de los hornos más grandes de Bolívar y de la región”.

La empresa constructora no sólo trabajó en Bolívar sino que se expandió en la zona. La delegación de Urdampilleta fue construida por Devito, como la capilla y el cementerio de esa localidad; más la delegación de Pirovano y el cementerio. También, se hizo un frigorífico en Salliqueló, que fue una obra del arquitecto Francisco Salamone que es muy conocido, que todavía está y lo convirtieron en un lugar histórico de esa ciudad”.

Cuando Carlos quedó al frente de la empresa, si bien hizo algunas construcciones de casas de familia, terminó dándole la razón a lo que le decía su padre, luego de tener una experiencia no muy buena y fue eso lo que hizo, que a partir de ese momento, se dedicara sólo a la venta de materiales de construcción.

 

El paso del tiempo, hizo que la empresa pasara por diferentes momentos que Carlos los enumeró detalladamente. “Yo tengo el recuerdo de la década terrible de Menem, donde nadie se preocupó por las PyMEs, es más, las querían eliminar cuando, en realidad, son las que dan trabajo; pero era así. También, sufrimos la inflación de Alfonsín que fue terrible, porque esa época no es como ahora y había que cambiar los precios a mano y en donde remarcabas con un 50 por ciento y cuando ibas a comprar el aumento era del 100 por ciento y además, muchas cosas no se conseguían. Los primeros años del gobierno de Menem fueron buenos, inclusive con el uno a uno y luego, en los años finales de los noventa, fue terrible y muy difícil. Todos los que trabajamos en esa época sabemos que fue una de las peores épocas. Con el gobierno de Kirchner fue una recuperación muy buena, desde el 2002 al 2008, después la economía entró en una meseta y volvimos a caer en desgracia con un gobierno similar al de Menem con Macri”.

 

La actualidad del negocio quedó marcada por los últimos malos años de la economía en general y Carlos, como el mismo lo dijo, “levanté el pie del acelerador. Me dije a mí mismo que cuando cumpla 60 años voy a empezar a aflojar, he tenido la mala suerte de tener un problema de salud muy serio con mi señora que falleció el año pasado, entonces, estoy en una etapa de mi vida donde quiero disfrutar de mi hija, de mi nieto y vivir, los años que me queden, lo mejor posible dentro de mis posibilidades”.

En cuanto a los cambios de época, Devito entendió que cambió la forma de comercialización, “antes la gente era mucho más sana, en todos los casos existía la palabra y no se precisaba firmar un documento. Pero después de la década de Menem, se empezó a estropear toda la educación, la forma de trabajar, todos te pedían algo sino se llevaban el cliente a otro lado y todo era así”.

El negocio sigue funcionando, pero de acuerdo a lo que adelantó Carlos, habrá un cambio de mando en el timón. “Hay un proyecto nuevo que ya se va a dar a conocer y tiene que ver con que una persona que yo aprecio mucho va a quedar al frente del negocio. Esto va a tener continuidad en sus manos aunque el negocio se seguirá llamando Devito y en realidad, esto es lo que yo quería, porque me lo han venido a querer alquilar muchos para poner otras cosas pero no me llamó la atención”, esbozó el comerciante.

El propio Devito reconoció que es algo impensado verse fuera de esto que mantuvo tanto tiempo, no sólo a él sino también a su familia, “por eso, voy a venir a darle una mano y a estar acá. Voy a seguir siempre con algún proyecto que creo que es la función que tenemos cuando estamos sanos para seguir viviendo”.

Consultado sobre qué siente al pasar por algún monumento, sitio o casa donde está la firma de Devito como constructor, respondió que “me genera emoción, todavía me sigue emocionado y espero no perder ese sentimiento. En el pequeño museo que tengo, cada vez que me pongo a pensar, realmente me toca las fibras más íntimas. Prácticamente, toda una vida el apellido Devito ha estado ligado a Bolívar y he tenido reconocimientos muy importantes que son una caricia al alma, como cuando se inauguró la pileta cubierta del parque, el intendente de ese momento, Bali Bucca, me invitó y me hicieron un reconocimiento de sorpresa y es algo que siempre llevo conmigo. Y ahora, el pasado 13 de marzo, también recibí de parte del intendente Marcos Pisano, un presente que se lo agradezco mucho, porque como digo son caricias que a uno le hacen muy bien”.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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