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Vamos bien pero sin darnos cuenta

 

En INews Nº 45 de la Universidad Nacional del Centro, el economista Sebastián Auguste vuelve a analizar la coyuntura argentina, días antes de las PASO. Repasa algunos datos de la agenda pública de los últimos días, como crecimiento económico, confianza, dólar, ajuste, cuentas públicas, inversiones, y todos aquellos temas que se proponen en los grandes medios. Pero tiene una lectura reveladora, al sopesar la relación acerca del humor o la percepción de los argentinos sobre nuestra propia realidad.

Desde el Instituto de Economía de la UNICEN, Auguste ha demostrado una línea editorial en la que ha mantenido rigurosidad sostenida en el tiempo. En sus análisis pasea a los lectores entre coyunturas y medios plazos, evitando eludir temas que suelen hacer más a la política que al frío de la economía.

¿Qué ha ocurrido en la Argentina? Dice con simpleza, crecimos, pero creemos que estamos mal. Define que esa situación ambivalente del país y la política "influyó para que sigamos siendo Fronterizos, a pesar de que todos los números económicos objetivos nos decían que ya éramos Emergentes. Todavía no convencemos. Y si no convencemos, no va a haber inversión, y si no hay inversión la capacidad productiva no se expande. Y si no tenemos inversión de afuera hay que generarla adentro, lo que implica acomodar el déficit fiscal y menos consumo en el corto plazo".

Desde aquella conclusión, Auguste desarma los datos arrojados por el Índice de Confianza del Consumidor. Se pregunta cómo cae a pesar de los datos macroeconómicos; y agrega la variable de la percepción, en una situación de contradicción. Al observar la información de junio de 2017, "se ve una caída de 3.2% en las percepciones sobre la Situación Personal (la situación económica de quién responde). Pero cuando se le pregunta sobre la situación del país, se ve una caída de 10.7% en la Situación Macroeconómica. Es decir, está algo peor cada una de las personas que participan, pero creen que el conjunto está mucho peor, lo que no es posible. Esta anomalía se explica por el pesimismo", es decir la visión del conjunto país es peor que la idea personal.

¿Cómo entender aquella hipótesis? Explica que cuando Cristina Fernández "dejó el poder en nuestro país no había una real percepción de la gravedad económica en la que estábamos. Ahora pasa todo lo contrario. Macri, y seguramente por sus desaciertos políticos más que sus aciertos, ha logrado generar un pesimismo o temor que excede a los números objetivos". Aunque incluye más variables que contribuyen al humor, como la grieta, los temores, y aspectos que exceden directamente a la percepción de la realidad.

Definitivamente Auguste destaca espacios de crecimiento real de la economía. Recientemente se conoció que "Índice de Producción Industrial de FIEL (el famoso IPI) dio un 4.3% de crecimiento interanual (respecto a mayo de 2016), y ya lleva 8 meses de números verdes (en crecimiento)"; pero que ha sido débil, salvo que se compare con el piso recesivo de septiembre pasado. Ahí afirma una salvedad, que luego de cada crisis "se suelen ver incrementos más altos", por lo que lo considera como modesto.

Al visualizar los crecimientos del IPI destaca que "los bienes de capital son los que más han crecido interanualmente, 14.9%, seguido por los bienes de consumo no durables, 5%, y los insumos intermedios, 4%. El que cayó fue el consumo de bienes durables (-0.7%)", traduciéndose en que la salida de la recesión se debe a la inversión y una lenta mejora hogareña.

En consecuencia se anima a afirmar que "los brotes verdes se ven", aunque "todavía está muy concentrada en unos pocos sectores", situación que enlaza con que "la Argentina viene estancada desde hace mucho tiempo, y no sólo con la recesión que se originó post elecciones 2015 (cuando se apagó el ventilador político que gastaba las últimas monedas para ganar unas elecciones). En el gobierno de Cristina 2011- 2015 también la Argentina estuvo estancada", llevando a un largo período de amesetamiento. Pero además, ya vinculado a "la capacidad instalada. La Argentina padeció en el último gobierno de Cristina, pero también en el anterior, muy baja inversión". Por el espacio privado lo atribuye a "la falta de confianza y el poco amigable ambiente para el inversor. Del lado público, por un desmadre de las cuentas fiscales, donde se ponderó seguir fomentando el consumo a costa de la inversión pública". Aquí coincide con otros consultores al decir que "Argentina acumuló en la década de los 2000s y 2010s (hasta ahora) un gran déficit de inversión pública", aseverando que el crecimiento se debió a que "antes habíamos heredado de la década de los 90s un buen stock de capital".

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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