Editorial: Que algún político lo haga posible

 

El 93% de los empresarios mundiales está preocupado por el pago de sobornos. En Brasil están atacando la corrupción, meten presos a los desleales. La sospechada FIFA ha evidenciado su corruptela, y allí un argentino gritó presente!

La segunda preocupación que tienen los gerentes en el mundo, es el lavado de dinero. Uno de los mayores narcotraficantes acaba de fugarse de la cárcel al mejor estilo de Hollywood. El Chapo Guzmán ya es un gran relato. Connivencia, corrupción y sospechas.

En Argentina el déficit comercial se mantiene. Se dice que la recesión se ha frenado, pero aún no aparece la recuperación. Los problemas con el dólar se sostienen, aunque afirman que no afecta a la economía. Asimismo, una leve corrida en la última quincena de julio, alcanzó para que ajustaran todos los precios para arriba. Los datos de la Reserva siguen los vaivenes argumentativos de oficialismos y oposiciones; Argentina es uno de los pocos países donde es relevante la reserva de dólares. Es que somos dolardependientes. Ello llevó al gobierno a presentar una interesante propuesta de ahorro a plazos fijos.

La balanza comercial nacional sigue dependiendo de las actividades primarias, fundamentalmente las agrícolas, como hace un siglo y medio atrás, cuando representábamos el modelo agroexportador más elemental y primario: vendíamos materias primas sin procesar a los países centrales (Inglaterra, principalmente) y adquiríamos productos industriales terminados. Casi igual que ahora. Salvo a Brasil -nuestro principal socio- a quien le exportamos autos (encarecidos por la devaluación del real), a China casi le vendemos con exclusividad soja. Ambos países representan un tercio de nuestros ingresos.

Narcotráfico, corrupción, una pobreza que deambula a valores pre modelo, incertidumbre, marcan el ritmo del tango nacional.

Llegan las elecciones. Ya con las PASO dirimidas. ¿Cuáles han sido los candidatos con mejor performance? Aquellos que no dicen. Decir, proyectar, establecer, marcar la cancha, atentan contra la intención de voto. Por ende, los proyectos electorales de los últimos años están marcados por los que no dijeron lo que se tenía que hacer. Desde aquella traición de Menem, que prometió una revolución productiva y nos devolvió el peor ajuste de la historia, el esconder el discurso se ha transformado en norma.

Ajuste. La palabra temida, pero a la que se recurre desde todos los espacios políticos, expresa o implícitamente. Las cuentas no cierran, y el ajuste se produce por acción u omisión, sea con servicios de peor calidad, con sueldos por debajo de la inflación real, o siguiendo las perimidas recetas de los tradicionales organismos de crédito. Será cuestión de elección, pero será.

 

Oportunidades

La cuestión es cómo salir, con qué consensos, sobre qué nortes. Irremediablemente presenciamos el ascenso de naciones que mejoran, o tal vez, una Argentina que no lo hace.

Cuando se repasan los milagros que han llevado a otros países a mejorar su situación, casi siempre existe una constante: un grupo dirigencial que define hacia dónde ir, por qué camino, con qué objetivo y cuáles las metas intermedias a alcanzar. Hemos observado ciudades globales, agrupamientos regionales, crecimientos individuales...

Los "milagros" no lo son. En todos los casos la decisión ha pasado por poner un objetivo sostenido en el tiempo. Los ejemplos redundan en lo mismo, decisión y educación. Desde los centros de Investigación y Desarrollo (I+D) a los modelos de desarrollo endógeno, los planes estratégicos, distritos industriales, alternativas a la flexibilización por el involucramiento, en todos los casos ha existido una coexistencia entre un Estado que decide conjuntamente con la sociedad y basados en un proceso de fortalecimiento del capital cognitivo, es decir un fuerte anclaje en la educación.

Argentina tiene menos de un 10% de su población universitaria. Los distintos estudios de la calidad educativa demuestran que seguimos perdiendo terreno en forma interanual. Cuando en el top ten de países con mayor población universitaria encontramos a Rusia, Canadá, Japón, Israel, Estados Unidos, Corea del Sur, Australia, Reino Unido, Nueva Zelanda e Irlanda, quedan pocas dudas del por qué de esos milagros: la mitad de la población con estudios universitarios completos.

No es una mera cuestión de fondos, de plata. Insisto con la decisión. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) intentan recurrir a la ayuda mutua para desentenderse de los organismos internacionales, hacer una bolsa común, e iniciar su propio camino.

China inició la revolución comunista con un analfabetismo cercano al 90%. Decidieron invertir la relación. Tuvieron innumerables errores, graves, en el camino. Pero aprendieron la lección. Decidieron reemplazar los tipos de liderazgo político, analizaron sus capacidades como pueblo, se respetaron, mantuvieron sus tiempos. Hoy, han decidido saltar los pasos necesarios para alcanzar la tecnología (y los conocimientos) suficientes para prepararse para liderar el mundo. Ellos lo saben, y todos. Xi Jinping ya forma parte de los líderes de quinta generación, buscados con decisión de cambio, formados en ciencias sociales, con visión de integración en el mundo. China se propuso un crecimiento con equidad, donde la innovación es parte del desafío, sabiendo que el caos, el cambio y la crisis forman parte de la actualidad.

Todas los ejemplos que podamos enlistar se basaron en los conceptos esbozados y en determinar las oportunidades sobre las cuales construir. En meses de elecciones, elijamos no solamente candidatos, sino los líderes que sepan interpretar las oportunidades para nuestra sociedad, los que entiendan la innovación como parte de un desarrollo posible, que establezcan el involucramiento con cada sociedad, que interpreten que la educación es la base de todo el proceso y que aprendan la lección.

Es posible.

Marcelo Chillón