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Martín Tetaz, el economista detrás de Psychonomics

La decisión en la mente del analista. ¿Compramos dólares? ¿Emprendemos algo nuevo? ¿La dejamos pasar? Según él, un emprendedor debe buscar un microeconomista. El objetivo final: entender el comportamiento de los clientes. Las disyuntivas del gobierno para el fin de ciclo.

 

En nuestra última edición de infoEmprendedor dimos cuenta de Psychonomics, La economía está en tu mente, el audaz libro del economista Martín Tetaz. Buscando comprender al economista en el terreno real, lo entrevistamos para poder conocer la esencia de sus pensamientos y cómo enfrentarlos con el mundo real.

El libro de Tetaz lo ha convertido en un hombre del momento, razón por la que se le pregunta la razón del éxito de su propuesta. El platense entiende que se trata de “hacer algo diferente, que además coincide con el modo en que la gente realmente toma las decisiones y logra entonces que los lectores se sientan identificados, porque nadie se imagina a sí mismo maximizando la utilidad en un mapa de curvas indiferencia como los que enseñamos en microeconomía, y en cambio todos se sienten identificados con los sesgos y características del proceso de toma de decisiones que plantea la Economía del Comportamiento”.

En la actualidad es uno de los nombres del momento, lo medios buscan su consulta, las redes sociales lo sostienen bien alto. Pero él no se hace cargo, dice que “hay muchos economistas más mediáticos y escuchados que yo (Tomas Bulat por ejemplo). Lo mío reside en la novedad. Soy la novedad del momento si querés”

                                  

La economía del comportamiento

Es el tema que Tetaz ha puesto en el tapete. La concibe “como la aplicación de las últimas investigaciones de la Psicología Cognitiva a la economía”, así se trata de “una mezcla de Psicología y Economía que cambia el viejo paradigma del homo economicus, por el homo sapiens sapiens”.

Allí chocan las mirada de la economía de los números fríos con la que él presenta. Analiza que el cambio de enfoque “tiene que ver con dejar de suponer cómo piensan y deciden los consumidores, para mirar y estudiar como efectivamente lo hacen. Abandonar la idea del hombre súper racional que nunca se equivoca y funciona como una computadora, reemplazándolo por un hombre con muchas fallas (sesgos) que desarrolla estrategias diarias para sobrevivir con sus limitaciones (heurísticas)”.

En Psychonomics atraviesa la vida completa, ahora se trata de llevarla a la práctica, aplicarla. Tetaz lo simplifica, declara que “la mayoría de la gente tiende a simplificar lo complejo, a buscar dos o tres variables a partir de las cuales interpretar la realidad. En Argentina esa simplificación pasa por mirar lo que ocurre con el precio del dólar y asumir que cuando ese precio se descontrola, es porque le va mal a la economía. No es ciertamente el razonamiento más sofisticado, pero funciona muchas veces y por ello la gente busca bajar la incertidumbre yendo al dólar cuando percibe problemas en la economía”.

 

Inflación, dibujos gubernamentales, humor público.

Tetaz tiene un sesgo opositor, el gobierno dibuja el corrimiento de los precios, por lo que –desde la economía del comportamiento- haría bien al cambiar la percepción de la gente. El economista afirma, dice que “hizo bien en el corto plazo. Los medios no pueden crear una realidad paralela, ni hacerle creer a la gente cualquier cosa, pero ciertamente pueden amplificar o amortiguar las noticias. Lo mismo sucede con la comunicación de los datos económicos por parte del INDEC; se le puede hacer creer a la gente que la inflación es del 10, cuando es del 15, pero cuando en el súper se perciben variaciones del orden del 38% (como surge de la última encuesta de expectativas de la Universidad Di Tella) pues no es posible convencer a nadie de que sea 10%”, contrapone.

De ello el humor de la población termina por ser una variable de decisión, impactando en la economía. “El humor social es fundamental, porque como bien sostenía Keynes no hay modo de calcular todas las variables que es necesario promediar para determinar estrictamente el estado de la economía, y entonces toda esa información se resume en el humor social, que además es muy relevante porque produce una especie de profecía autocumplida; si todos creemos que las cosas van a ir mejor y somos optimistas, pues consumimos más, invertimos más y en efecto la economía anda bien, pero si creemos lo contrario y somos pesimistas entonces generamos la recesión porque consumimos e invertimos menos”.

De igual manera interpreta el funcionamiento “de los precios, todo es expectativas, porque los formadores ajustan no por él aumento de costos pasado, sino sobre todo por lo que creen que sucederá a futuro y sí esperan mayores costos, buscarán anticiparse remarcando hoy y, generando de ese modo, mayor inflación”.

 

Utilidades y aplicaciones

Tetaz entiende que la teoría en discusión requiere ciertas habilidades, donde el principal inconveniente reside en contar con la información para decidir. Asegura que “la economía del comportamiento es aplicable para todos los agentes económicos, pero sobre todo para los decisores, ya sean estos funcionarios que implementan políticas públicas o encargados de marketing de empresas que encaran una campaña o buscan maximizar  las ventas.
Obviamente para ello deben conocer el modo en que funciona la mente y tomamos decisiones.
Y el modo de hacerlo es leyendo y formándose en estos temas. Justamente con ese fin se escribió Psychonomics, para facilitar el acceso a toda esa información”.

Como se rescató en la nota realizada a Mauricio Roitman, el economista actual parece un divulgador de malas noticias y pocas resoluciones. Tetaz interpreta que “eso tiene que ver con que los economistas consultados por los medios por lo general son macroeconomistas a los que además la gente no consulta cuando las cosas van bien”. En contraposición son “los microeconomistas tienen mucho para darle a los emprendedores que necesitan conocer el proceso decisorio, para poder encarar sus proyectos, pedir financiamiento, vender, etc. Si yo fuera emprendedor no consultaría jamás un macroeconomista, sino un psicólogo, un experto en recursos humanos, un antropólogo y un microeconomista...en ese orden”.

 

Decidir lo resta del año

Cuando se le pregunta sobre las decisiones que debe tomar el hombre de a pie, Tetaz sostiene que “no se precipite a tomar decisiones dejándose llevar por el sesgo de salto a conclusiones. Que consulte con familiares y amigos antes de decidir, buscando evitar el gobierno de los impulsos. Y particularmente en momentos de crisis, que se concentre en lo que sabe hacer y espere mejores momentos para decidirse a experimentar con cosas nuevas”.

El ahorro, qué hacer con las inversiones suelen ser tema de preocupación. El economista que en la actualidad hay que hacerlo “en capital de trabajo y formación en lo que uno sabe hacer y en la actividad a la que se dedica. No es momento de arriesgarse en aguas pocos conocidas ni de tomar riesgos. No siendo en eso, los bonos dólar linked, vencimiento 2015,  de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires, son muy recomendables, porque sus gobernadores serán candidatos a presidente y no pueden no pagar”, asegura.

 

El escenario mediato

Con un horizonte que plantea un cambio de gobierno, sea cual fuere, la incertidumbre tiene nuevos plazos. Manejarse en esa situación requiere información.

Tetaz examina que se observará “una puja entre la tasa de interés y el dólar-inflación; si el gobierno relaja la política monetaria baja la tasa, pero subirá el dólar y la inflación; si por el contrario achica la cantidad de dinero, controlará el dólar y los precios, pero la suba de la tasa resultante enfriará la economía”. En ese horizonte el gobierno se encuentra “un dilema del que solo se puede salir o bien consiguiendo financiamiento externo, o bien quebrando las expectativas, generando un shock que revierta la declinación del consumo y la inversión, además de bajar  la inflación. Es muy difícil que este gobierno pueda hacer lo último... pero no imposible”, sostiene.

Una última consulta ronda en torno al corte de los subsidios y el impacto que pueda tener. Manifiesta que “hoy el Estado paga el 80% de las tarifas, si elimina los subsidios las facturas se pueden multiplicar por 5”, aunque hace la salvedad que “partimos de niveles bajos, pero en un escenario de caída del salario real eso se siente igual”, culmina.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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