top of page

Tinque, el cuchillero en busca de la perfección

1 palacio.jpg
WhatsApp Image 2021-02-01 at 13.14.01 (3

En el proceso de fabricación le hago todo tipo de pruebas"

WhatsApp Image 2021-02-01 at 13.14.51.jp
1 palacio2.jpg

La cuchillería es muy linda, es un arte que descontractura"

1 palacio4.jpg

Javier Palacio se halló en un hobby que convirtió en un emprendimiento, en “un viaje de ida” que lo fue envolviendo todo. Hoy, convertido en un artesano cuchillero habla desde el amor que se pone en cada pieza. “Hacer un cuchillo es complejo y lleva muchas horas de dedicación” en una herramienta que debe durar para siempre.

Javier Palacio, se inició en el mundo de la cuchillería, en plena pandemia. Empezó como un hobby y hoy se siente un verdadero artesano del oficio, “con la experiencia lograda me siento un cuchillero”, afirmó el impulsor de Tinque.

Del primer cuchillo logrado con la ayuda de un familiar, siguió avanzando en el emprendimiento, montando un pequeño taller y comprando herramientas. Más adelante, llegó la comercialización de sus trabajos para poder seguir reinvirtiendo y tener mejor calidad. Del comienzo de hacer cosas de arreglos para su familia y amigos, después se originó la demanda, hasta el punto que toda la producción del año, la vendió para las fiestas.

Además de fabricar los cuchillos en forma artesanal, con los mejores materiales, de buen corte y buena estética, Palacio destaca la durabilidad del producto. “Siento que lo que estoy produciendo es para toda la vida”, destacó.

El nombre del emprendimiento está relacionado con un ser muy querido por el propio Javier, se trata de su perro: “Tinque es la historia de mi perro de la adolescencia que siempre marca a las personas para toda la vida y, en honor a ese perro, tomé su nombre. Además, soy fanático de la caza, pesca, todo lo que es aventura al aire libre, todo eso me apasiona y en algún momento tuve un compañero que se llamó Tinque, mi perro, y este es el pequeño homenaje que tiene”.

Un aspecto que siempre le apasionó a Palacio fue la cuchillería, que nació cuando por primera vez, intentó hacer un cuchillo asesorado por un familiar que conoce mucho del tema. De manera muy artesanal, hizo su primer trabajo, que luego lo regaló. Después empezó a restaurar, afinar y hacer pequeñas cosas como el cabo. El punto de inflexión, para lanzarse de lleno a su pasión, tuvo que ver con la pandemia, “por esta situación, tenía más tiempo en casa y decidí postergar mi quincho para los asados y montar un taller, fui comprando cada vez más máquinas, lo que me llevó a tener que comercializar para poder seguir reinvirtiendo y tener mejor calidad. Hoy, estoy feliz porque arranqué haciendo cosas de arreglos para mi familia y amigos; pero después empezó la demanda, hasta el punto de que todo lo que produje en el año, lo vendí absolutamente para las fiestas. Eso me sirvió para recapitalizar en máquinas de mejor calidad y ya estoy diagramando todo el año para ver qué voy a producir en el 2021”.

Hoy las redes sociales se han convertido en un canal interesante para la comunicación y, sobre todo, para vender y publicitar los productos que uno hace. Al principio, a Palacio le daba vergüenza mostrar lo que producía, “me daba miedo hasta que empecé a consultar a algunos amigos cuchilleros, siempre me gustó que la estética sea muy fina por eso averigüé como se pulía un cuchillo y tener las herramientas para lograr esos pulidos perfectos. Pero todo se fue dando de a poco, mucha lectura, tutorial y mucho ensayo error”, explicó.

Hace un año atrás, cuando estaba armando su taller, la pandemia nos confinó, y a partir de allí la dedicación fue plena, “de hecho, cuando salía de mi trabajo, me ponía a trabajar con los cuchillos hasta las diez de la noche, así toda la cuarentena. El encierro fomentó la posibilidad que me dedicara a pleno, realmente, hoy con la experiencia lograda me siento un cuchillero, me han invitado a un montón de lugares para intercambiar piezas o participar de fiestas populares para comercializar los productos”, contó entusiasmado.

De a poco Palacio fue ampliando su base en la cuchillería. De un cuchillo base pasó a diseñar para ver qué podía hacer, partiendo de la idea que los cuchillos adquieren personalidad a partir de dos bases, “se pueden trabajar de dos formas, una por devaste y la otra por forja. Fui puliendo las dos formas y trabajo de las dos maneras; pero primero empecé con los clásicos discos de arados que los conseguía en el campo, además, todos los materiales que utilizaba al principio eran reciclados, salía a buscar por las casas de remate y en los talleres, hasta que la demanda empezó a ser mayor, tenía menos tiempo y empecé a trabajar con proveedores como un carpintero que me hace los estuches de madera, o una artesana local. Sobre el acero, usó el mismo del de discos de arados, incorporé acero inoxidable, ahora estoy combinando piezas, también acero virgen porque necesito producir por la demanda que existe, lo que me pone muy feliz”, contó.

Palacio no deja de mostrar satisfacción cuando un trabajo es adquirido por alguien. “A cada pieza le he dedicado muchísimas horas, hacer un cuchillo, cuando lo querés hacer bien, es complejo y lleva muchas horas de dedicación, se lo hace con amor y se trata de buscar la mejor forma. Por eso, hablo de mucha satisfacción porque siento que se llevan algo que es muy de uno, es desprenderse de algo muy íntimo; pero a su vez, me pone feliz porque el que viene y compra un cuchillo, se lo está llevando a un afecto para regalárselo, o por ejemplo, haber vendido un cuchillo en España, porque una vez que uno termina una pieza y la larga al mercado, no sabe dónde termina y eso es enriquecedor”, se enorgullece.

Javier trabaja un cuchillo de forma manual. “La base de todo cuchillo es saber templar y hacerle su correspondiente revenido para que eso tenga una buena retención de filo y, lo importante, más allá de su estética es que corte. Ese era el primer conocimiento básico que tenía y después, todos los días se va aprendiendo. Hay diferentes temperaturas, según el metal, por eso hay que estudiar mucho sobre metales y es un camino de ida porque después no paras más”.

También Palacio se mostró muy feliz por la repercusión que han tomado sus trabajos y sobre todo, “la cantidad de gente a la que le ha caído muy bien que produzca productos artesanales”. Además, destacó que “el cuchillo representa históricamente el elemento principal para el desarrollo de la humanidad y en un país como el nuestro más, con tantas características criollas. Pero, por sobre todo, estoy muy satisfecho porque la gente muestra mucho interés en lo que hago”.

Además de fabricar los cuchillos en forma artesanal, con los mejores materiales, de buen corte y buena estética, Javier destaca la durabilidad del producto, “el cuchillo no deja de ser una especie de herramienta, entonces, a veces hay un grado de miedo de que algo pueda fallar, de hecho, cada vez que vendo uno lo digo; pero siento que lo que estoy produciendo es para toda la vida. Tienen muy buenas características y en el proceso de fabricación le hago todo tipo de pruebas, le damos con todo al cuchillo para probarlo antes que llegue a las manos del comprador”.

Javier sostuvo que, “en forma artesanal y a mano, con muy pocas máquinas básicas, uno puede hacer un cuchillo. Pero después, hay determinadas máquinas como desde una buena lijadora con una comprobada potencia en el motor para hacer un buen devaste de la hoja, un buen horno para poder templar bien y medir la temperatura y otras cuestiones, hacen a la calidad final. Se requiere una inversión importante para mejorar los trabajos. No he ganado un peso, todo lo contrario, porque he puesto dinero; pero me quedan dos o tres máquinas importantes y cada pedido de lijas u otros materiales es muy significativo”.

La intención, en principio, no era comercializar para tener ganancia; pero “la venta vino en paralelo con querer desarrollarme para hacer cosas más profesionales. Hoy mi desafío va en esa línea y tengo un par de proyectos para hacer algunas cosas muy distintas, con aceros nuevos, hacer algo de cuchillería fina y siempre buscar la perfección”, destacó.

“Cuchillería Tinque” se dedica a los que son restauraciones y afilados; pero el punto principal, pasa por la fabricación y producción de sus propios cuchillos. Consultado si pensaba estar en esta situación con su propio taller y producción, respondió que “bajo ningún punto de vista me imaginaba todo esto. Arranqué con una lijadora que me regalaron y me compré un mini torno. Con sólo eso, empecé a restaurar y a trabajar todo a mano, iba a la herrería de un amigo y así empecé, después comencé a comprar mis propias herramientas”.

Los productos son entregados en un estuche. Javier explicó que “no hago vainas de cuero, vendo todo en estuche y a veces, tengo algún proveedor que me puede hacer las vainas y las he utilizado; pero me gustan hacer algunas piezas que las tendría que terminar y después mandar a hacer la vaina para esa pieza que tiene determinadas características, por eso, siempre usó el estuche de madera”.

Las redes sociales han sido fundamentales para el conocimiento de Cuchillería “Tinque” por parte de la gente y el fuerte impacto ha llevado a hacer una página para visibilizar sus productos; pero como lleva tiempo, la idea de Javier de seguir por esta senda, es poner a una persona para que se dedique a manejar la página. “El tiempo para trabajar en cuchillería es muy preciado porque lleva mucho trabajo, además de las máquinas o de una lijadora profesional, a mí me gusta hacer todo manual. Tengo piezas a las que le he dedicado más de siete horas de lijado, empezando con una lija de 60 hasta llegar a una lija de 3000. Todo ese proceso lleva muchísimo tiempo y lo hice a mano y me pone contento ese trabajo. A todo ese proceso hay que sumarle la estética, que a mí es algo que me encanta”.

Para este año, la idea es sumar trabajos de un orfebre, en lo que son mangos para hacer cuchillería fina con alpaca. “La cuchillería es muy linda, es un arte que descontractura, me pongo todas las tardes hasta las diez de la noche, me olvido del mundo y es mi cable a tierra, lo disfruto mucho. Hoy me tratan como un artesano y siento que es mucho eso, me encuentro involucrado es ese mundo y muy feliz”, sostuvo. “Uno va buscando su propio estilo, tengo un camino y me siento muy capacitado y confiado cada vez que hago un producto”, definió.

Javier reconoció haber dejado de lado Netflix y la lectura de placer para volcarse de lleno a consumidor todo lo relacionado con su actividad. En el último tiempo, el tema de la cuchillería tuvo un impacto fuerte con el programa “Desafío sobre fuego” y con Diego, que fue el último participante, tengo una línea directa, le consulto, me ayuda mucho porque es sumamente generoso y un cuchillero de unas características enormes. También, la ayuda de un familiar que trabaja en una empresa de acero flexible, radicada argentina; pero de origen alemán.

Contacto: Cuchillería “Tinque” tiene su página en las redes sociales donde se pueden conocer los productos que se venden, la venta se efectiviza a través de Mercado Pago y el envío a todo el país es por Correo Argentino y al exterior, con otro sistema. 

  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page

Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

bottom of page