Motivar al equipo sin dinero

 

Motivar al  equipo es una variable estratégica para el crecimiento de tu negocio. Es erróneo creer que es el dinero el único factor para alcanzarlo.

Aún disponiendo del dinero para incentivos económicos, actualmente ya no es suficiente para garantizar empleados contentos, comprometidos y productivos. 

La motivación es esencialmente subjetiva, cada persona será motivada por factores totalmente distintos, de acuerdo a su situación laboral y personal: algunas se sentirán atraídas por el dinero, otras por el reconocimiento o por horarios más flexibles, otros quizá por la posibilidad de aprender o ser creativos.

Duando los recursos económicos son limitados es recomendable:

· Liderar con el ejemplo. Todo equipo de trabajo requiere de un buen líder para sentirse motivado. El líder no es sólo el "jefe". El líder debe mostrar el camino con el ejemplo, estimulando e inspirando al grupo para que lo siga: si quiere personas positivas, debe ser positivo; si quiere que actúen con profesionalismo, debe actuar profesionalmente; si pretende que todos lleguen a horario.

· Fomentar la participación. Los empleados se sentirán parte de una tarea, un proyecto, o de la empresa, si sus aportes e ideas son escuchadas y tenidas en cuenta. Fomentar la participación de tu equipo; si es posible, fijar objetivos en conjunto con ellos, y consultarlos acerca de cómo consideran la mejor forma de alcanzarlos. ¡Involucrados  darán lo mejor de sí!

· Retroalimentar los éxitos (y los fracasos). La ausencia de retroalimentación lleva al desinterés de tu equipo. De "¿Lo estaré haciendo bien? ¿Por qué no me informa nada?", a "ni siquiera me tiene en cuenta", hay un simple paso. Todos esperan algún feedback positivo por su trabajo, y hacerlo es simple y genera beneficios. Si los comentarios son negativos deben plantearse cuidadosamente, como un aporte constructivo para mejorar.

· Cultivar la confianza. Siempre es mejor brindar información y ser sincero, decir la verdad, incluso cuando las cosas no van bien. Eso genera confianza. Si se opta por ocultar, tarde o temprano se sabrá y perderá la credibilidad y el respeto del equipo. La comunicación es la fuente principal de la confianza.

· Evitar la desmoralización. A nadie le gusta sentir que hizo algo malo y que lo señalan con el dedo. No hay mayor fuente de desmotivación que ser blanco de críticas y símbolo de lo negativo. ¿Alguien se equivocó? Hay que aprender de los errores y pedirle a los involucrados que aporten soluciones al problema.

· Recompensar el esfuerzo y los logros. Aunque sea con pequeños detalles, un simple reconocimiento de que están transitando el camino correcto para alcanzar los objetivos, es un gran empujón para tu equipo. ¿Una cena? ¿Un día de spa? ¿Algún presente corporativo? Subdividir los objetivos en pequeñas metas y premiar los hitos que se van alcanzando.

· Organizar encuentros de distensión. Generar actividades durante el año que impliquen un espacio de recreación para todo el equipo de trabajo. Estos momentos suelen generar camaradería y confianza dentro del grupo, volviéndolo más unido: festejos de fin de año, fiestas de cumpleaños, día de campo, cenas ante una ocasión especial, brindis por alguna meta cumplida.