Sé que no sé … No sé que sé …

Si supiera que sé!!

 

 

 

Por Verónica Ruiz.

 

 

 

 

Hablábamos en la edición anterior, de cuatro esfinges, jinetes agalopados en nuestro interior, que representan las cuatro fuerzas que dirigen el mundo tal como lo conocemos. Instalados en nuestro inconsciente: no puedo, no sé, no debo y no tengo, son patrones determinantes que custodian nuestros límites de expansión y acción. En el mismo orden que fueron nombrados, sabemos que ellos fueron disparados en dosis silenciosas hacia nuestras almas, por la política, la ciencia, la religión y la economía. 

Vámonos por allá atrás en el tiempo, imaginemos un consejo de viejos sabios reunidos, con la finalidad de ordenar tanta efervescencia humana. Sí, justo ahí, cuando los hombres empezaron a mirar un poquitito mas allá de su biología y necesidades de supervivencia, con algunas metas y algún que otro sueño o propósito, y se inspiraron con la naturaleza, los hombres tuvieron ideas! Y otros pocos hombres tuvieron la visión de estructurar, dominar y hasta eliminar, las ideas de esos seres en evolución. En nombre del bien común, y con el fin de crear orden, donde decían que había caos, unos sabiondos trazaron los pilares sobre los cuales se construiría la sociedad moderna y anestesiaron los espíritus, con reglas y burocracias, cargos y jerarquías, para protegerse a sí mismos, acaparando para ellos, todas las facultades, beneficios y decisiones. Así y hasta hoy, hemos sido adoctrinados silenciosamente, escondiendo para la masa el secreto más importante de la humanidad: “Todo está en nuestras mentes”.  En pos de detener esta información que ya se cuela entre las mesas de café, tildan de new age a esta nueva corriente dinamizada cada día por más humanos que buscan un sentido real a sus vidas.

Lejos de ser cháchara esotérica, y adentrándonos en la esfinge de hoy no sé/ciencia;  podemos decir que hoy los avances (aunque poco difundidos) son enormes, verdaderos y comprobables.  Un apartado dentro de las ciencias ha llegado para quedarse: las neurociencias, y junto a ellas,  un sinfín de pruebas confirmadas de lo que podemos hacer con nuestro cerebro.  Por ello ya no hay excusas para decir no sé. 

Somos seres emprendedores por naturaleza, nuestro ADN resuena en ello y cada vez que te encuentres diciendo no sé, tienes que traer a tu conciencia, el hecho de que eso te fue implantado. Es una vieja idea nadando en tu nube mental y actúa como salvavidas en el cual relajarte, si lo que quieres es no mover de tu zona de confort.

Si como yo, estas ávido de desafiar estas limitaciones, tenés que saber que el no sé desaparece con el primer movimiento que haces en pos de saber.  Vivimos en la era de la información, las interrelaciones personales y profesionales, la fluidez comunicacional y con la posibilidad de estar en cualquier parte del mundo con un solo click.

Las neurociencias tienen un sinfín de aplicaciones. Con ellas,  sabemos que el cerebro no se detiene, cada día puede crear nuevas redes neuronales, ya sea para crear nuevos hábitos, o bien, para construir conocimiento.  No hay límites de edad, de ubicación, ni de contexto.

Sí,  es verdad que el entorno en el que uno vive influye, pero no condiciona y eso es lo valioso.  Si nos encontramos en un presente incierto económico, claramente, estaremos más ocupados en conseguir el bocado, que en desarrollar nuevos conocimientos, pero atención aquí, yo puedo generar mi comida y en paralelo aprender nuevas formas de expandir mi mente, una forma que en primer lugar, me saque de mi estado de carencia. La pobreza está asociada a no saber que puedo generarme mejores oportunidades, y en la medida que crea que mi mundo es este en el que día a día lucho por lo básico, así seguirá siendo. La realidad que cada uno vive es gestada internamente, jamás chocaremos fuera con algo que no esté dentro, por eso educar a la mente es el gran secreto, ir dentro y desactivar ese programita, es el comienzo de toda nuestra libertad humana.

Atender pues, a nuestra dialéctica interna, es el comienzo de un gran viaje, uno capaz de modificarnos estructuralmente. La realidad externa seguirá su proceso pero ya no será dueña de tu propia realidad.  En tu mundo, eres el único hacedor, solo asegúrate de informarle correctamente al universo lo que quieres para tu vida, este, cuenta con recursos que nosotros ni conocemos y te mostrará los resultados que deseas, sin que tengas que pensar en “el cómo”.  

En cuanto a saber, te puedo asegurar que todos sabemos todo, solo necesitamos conectarnos, dirigir nuestra atención a lo deseado, hacer foco en el objetivo y prepararnos para cuando nos llegue. El cerebro actúa focalizado, chequea en donde estas poniendo el foco de atención, y por otro lado, fíjate, si el objetivo es el correcto, a menudo nuestros objetivos son subjetivos y ahí no hay grandes cambios, si manifiesto: quiero que mi economía aumente, y gano un peso más, evidentemente habrá mejorado, pero era ese el propósito?!! … te invito a que realices tu lista objetiva, declará en donde pondrás tu foco para los próximos tres meses, se muy minucioso, cada punto debe ser perfectamente detallado incluso ponte fechas concretas y luego chequeá. Este es un método infalible y podrás comprobar, como opera la mente humana.  Saber es una decisión! Y saber que sabes es una bendición.