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Un Misil para la banda

Dos músicos locales devenidos a luthiers, comenzaron a realizar instrumentos musicales. Hoy se ha transformado en un emprendimiento en el que destacan la calidad de un proceso artesanal.

 

Juan Martínez y Hernán Moura comparten dos pasiones, por un lado, la música como arte y por otro, la elaboración y reparación de instrumentos. Misil surge de la curiosidad de sus inquietos creadores y se convierte, de a poco, en un gran proyecto para Bolívar y la región.

Los músicos y luthiers, fabrican y reparan todo tipo de instrumentos: desde guitarras hasta bafles. Su pasión por la música los impulsa a trabajar por un sonido de excelente calidad y esta, será la característica de este emprendimiento único en la ciudad.

 

“Es un sueño cumplido”

Juan y Hernán tocan juntos en la banda local Tupá Gruv y a partir de la necesidad de reparar una guitarra del grupo, decidieron comenzar con la luthería, un deseo que desde hace tiempo estaba latente. “Empezamos con esto hace alrededor de cinco meses aunque, por mi parte, siempre tuve mis inquietudes. De hecho trabajaba haciendo calibraciones y reparaciones, siempre me interesó la luthería pero no me animaba a dedicarme”, confiesa Juan. Su compañero comenzó a formarse en la luthería hace tres años en Avellaneda, con Pablo Massa, luthier reconocido en el ambiente musical. “Me vine para Bolívar ya con conocimiento y un par de instrumentos a medio hacer, y así arrancamos”, dice.

Los músicos lograron dejarse llevar por lo que soñaban hace tiempo y así materializaron aquello que tantas veces habían planificado. “Para mí es un sueño cumplido, siempre quise hacer un instrumento y también es un cable a tierra. Yo me siento a hacer esto y se me pasan las horas acá, cuando pintamos estamos todo el día sin darnos cuenta. Si uno tiene ganas, todo se logra. Nosotros arrancamos sin nada, monedita por monedita para comprar las herramientas, así que fuera los miedos porque se puede”, confiesa Juan.

La pasión por este tipo de trabajo, la dedicación para que cada pieza sea única e inmejorable, son el condimento fundacional de Misil. Según Hernán, este proyecto significa para él “una realización que enmarca un montón de cosas, es el arte y poder hacer algo que a otra persona la va a hacer feliz. La cara de la gente cuando le mostramos cómo va quedando su instrumento, es lo más valioso. Si me tuviera que levantar todos los días sólo a hacer guitarras y no necesitara de otro sostén, para mí sería un golazo”.

 

“No esperábamos tanto trabajo”

Si bien esta microempresa llevaba tiempo gestándose en las cabezas de sus creadores, fue por una circunstancia particular que tuvo su origen concreto; Juan relata que “tenía un problema con mi guitarra y no sabía cómo solucionarlo, justo Hernán empieza a tocar en la banda, aunque yo todavía no estaba. Me pasaron su contacto, estuvimos un rato charlando y cuando empezamos a tocar juntos decidimos empezar este proyecto”. En un principio, los jóvenes habían planificado llevar adelante dos emprendimientos paralelos, entonces, Juan se dedicaría a las guitarras, y Hernán a los instrumentos. Pero luego pensaron que juntos podrían poner una marca sin apellidos, pensándola ya como una fábrica de instrumentos donde cada uno haría su propio aporte.

Según Juan, la respuesta de la gente fue grata y los sorprendió desde el inicio, porque "no  esperábamos tanto trabajo desde un principio, teníamos algunos instrumentos a medio hacer pero nos llegaron nuevos encargues. Por ejemplo ahora le estamos haciendo una guitarra desde cero a una chica, nos han traído guitarras criollas con mangos quebrados, guitarras eléctricas para nivelar trastes, calibraciones, y demás”.

Este trabajo tan minucioso y artesanal está destinado no sólo a músicos/as que saben apreciar instrumentos de calidad, sino que toda persona que cuente con un instrumento en su casa y desee reparar o intervenir con manos especialistas, puede consultar con Misil: “A veces se necesitan reparaciones sencillas que inutilizan al instrumento, por ahí para nosotros es super fácil y tenés la guitarra tirada porque no sirve. Nos han traído guitarras incluso para cambiar las cuerdas, y bueno, eso también lo hacemos por supuesto”, explica Hernán.

 

“Lo hecho a mano tiene un valor agregado”

Los instrumentos elaborados en Bolívar compiten con los de mejor calidad que se utilizan en el país y tienen características únicas para ofrecer. Según Juan, Misil se distingue “por la variedad, es decir, la disponibilidad a la hora de elegir un instrumento propio. Por ejemplo, vas a una vidriera llena de guitarras Fender, y aunque tenga todas disponibles vas a poder ver seis o siete colores, en tres o cuatro configuraciones. En cambio para nosotros es mucho más libre, alguien nos dice quiero el color de ese auto en mi guitarra, por ejemplo, lo pedimos y se hace a gusto. Nos han pedido algo de menos calidad y hemos respondido que no. Queremos que Misil sea un registro de buenos instrumentos, le pusimos el nombre y queremos mantenerlo”.

La calidad de la materia prima que compone los instrumentos Misil, la pasión por la música por parte de sus creadores y la responsabilidad para con sus clientes, hacen de este emprendimiento un proyecto de excelencia digno de reconocer. Para Hernán, lo artesanal los caracteriza, “le prestamos mucha atención al detalle, hasta el hartazgo quizás. El detalle de lo hecho a mano tiene un valor agregado. Las guitarras hechas con máquinas están buenas por supuesto, pero lo artesanal es único”.

 

“No hay que perder la curiosidad”

Los músicos locales coronaron su primera etapa de formación en el oficio que más los atrapa, durante el curso de Luthería dictado por Jorge Coradini a través de la Dirección de Adultos Mayores de la Municipalidad. “Cuando empezamos este trabajo, hicimos mi guitarra que fue el primer instrumento que teníamos para laburar. En ese momento se da inicio al curso de Adultos, así que lo hicimos los dos. Las clases nos sirvieron para ampliar nuestro proyecto y ahora hacemos guitarras eléctricas, bajos, e instrumentos acústicos” explica Juan.

La experiencia cuenta, se llamaba el programa mediante el cual se dictó dicho curso y realmente, haciendo honor a su nombre, la transmisión de conocimientos fue de gran utilidad. “Teníamos conocimiento sobre instrumentos eléctricos, conocíamos el tema del sonido y demás pero la parte acústica es muy distinta. Una guitarra criolla o un bajo acústico, lo que sea, suena por la sumatoria de maderas, ya no por la electrónica, así que con el curso pudimos completar el trabajo”, comenta Hernán.

La capacitación ha sido clave en esta microempresa tanto para lograr buenos productos como para incentivar nuevas propuestas. Para Hernán lo importante es mantenerse siempre en aprendizaje, “no hay que perder la curiosidad, hay que estudiar. Si bien no hay una escuela de luthería en Bolívar, no debería ser un impedimento. Hoy en día hay tanta información, que siempre se puede aprender ya sea desde dentro del sistema educativo o por ímpetu personal, es valioso siempre y cuando te dé información para llevar a cabo lo que querés hacer, con vistas a algo superador, todo se puede hacer mejor”.

 

“Pensamos los instrumentos como si fueran para nosotros”

La experiencia en el mundo de la música les ha otorgado tanto a Hernán como a Juan un oído capaz de detectar un mal sonido y la pasión con que vivencian su arte, les exige buscar siempre la buena calidad. Esto representa un aporte fundamental a la hora de elaborar nuevos instrumentos o reparar otros en uso. “Después de tocar durante mucho tiempo te das cuenta qué es lo que separa un instrumento mediocre de un instrumento bueno. Entonces pensamos los instrumentos como si fueran para nosotros, no se escatima lo más mínimo en materiales y se le presta mucha atención al detalle que consideramos importante para lograr un buen instrumento. No apuntamos a competir con China ni con instrumentos construidos en masa aunque sí apuntamos a lo mejor de lo mejor”, comenta Hernán.

El oído de quien hace y disfruta de la buena música, es la mejor garantía  al momento de encargar un instrumento nuevo o dejar en las mejores manos, aquello que hay que reparar. Juan, sostiene que la atención a cada detalle permite lograr el mejor sonido posible, “a mí siempre me pasó que me gustaba cómo sonaba una guitarra o sorprenderme por el sonido de otro instrumento y cuando empezamos con esto pudimos encontrarle el por qué a ese sonido, es decir, qué maderas tiene, qué micrófonos usa, el detalle”.

Para su compañero Hernán ser músicos es claramente “una buena publicidad, porque cuando hacemos un instrumento que a nosotros nos completa y se lo llevamos a otro músico, ya no hay demasiado que explicar. La gente que ha probado buenos instrumentos, se da cuenta de que está a la misma altura”.

 

“Es un lejano homenaje a Cerati”

Sin dudas el nombre de este proyecto local no pasa desapercibido, y fue pensado por sus creadores para que quede registrado en cada pieza creada por ellos. “Para elegir el nombre estábamos muy indecisos. Queríamos un nombre con M, ya que somos Moura y Martínez, M&M ya son los confites, así que nos quedamos con Misil, también como un lejano homenaje a Cerati si se quiere porque quizás en algún momento haya una guitarra de estas en un placard y será como un misil en mi placard”, coinciden los músicos.

Actualmente el principal contacto con los potenciales clientes se da, al menos en principio, vía redes sociales. El perfil mediante el cual se presenta la microempresa le ofrece al músico o a la música interesada en obtener o reparar un instrumento, un breve acercamiento con los luthiers bolivarenses.  “Si bien estamos un poco verdes todavía con las redes sociales, Alejandra Almirón nos hizo la gráfica para Facebook y quedó muy lindo, nos parece importante tenerlo. También compramos un papel para poner el logo en los instrumentos, para que quede registrado el nombre Misil en cada trabajo”, coinciden.

Juan y Hernán coinciden en que esperan un gran futuro para su fábrica, “vamos a seguir trabajando la parte de optimización del proceso, estamos reinvirtiendo en más material, herramientas y demás para agilizar la elaboración sin que eso signifique bajar la calidad ni mucho menos. También tenemos como meta obtener un stock de instrumentos sin terminar, sin pintura, micrófono, ni clavijeros para que el cliente elija y trabajar a partir de ahí para poder entregarla en dos semanas. Y esperamos que haya muchos misiles en la calle”.

 

 

Contacto:

Facebook: Misil guitarras

Teléfono: 2314- 443699

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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