Sabe a chocolate y limón

Por Verónica Ruiz 

Una gota de plasma contiene todo lo que en un futuro será, porque simplemente,  ya es en potencia desde el momento cero.  La sabiduría es reconocer esa forma propia de metabolizar lo saboreado y darlo fluidamente. Will Durant, dijo: “el conocimiento es poder, pero sólo la sabiduría es libertad. Tantísima información que podemos adquirir en toda una vida no dan cuenta de Sabiduría, porque solo cuando lo conceptualizado es transformado internamente con nuestra propia forma, se convierte en el dulce sabor.
Confundir inteligencia con sabiduría es a menudo el camino erróneo que lleva a cientos de seres a capacitarse y realizar el post grado del grado superior del post grado de la especialización del grado inicial de la profesión… y no es que esté mal, solo que carece de sentido vivo.  Las formaciones son herramientas valiosísimas, pero siempre a partir del ser emprendedor que habita en uno podemos transformar la ida al mercado de una tarde cualquiera,  en el barrio de siempre, en una experiencia enriquecedora para utilizar por siempre... la vida ocurre en todo momento y en todos los sitios … siempre está pasando algo, no existen momentos ordinarios, solo el observador da cuenta de ello y lo utiliza para su vivir.
Ya hemos visto que ser emprendedor no dista en nada de ser vividor (de saberse vivo cada día), por ende, cada situación y cada momento desde el despertar hasta la hora de reposar, es una catarata vivencial de formación para uno mismo. Soy yo quien decide vivir así o no, y saberse sabio desde su propia nota musical. Sabiduría es entendida por mi, como la utilización consciente de todos los sentidos, en cada momento del vivir y todo el tiempo.
Por tanto saborear el momento, degustarlo, estar presente y registrar que sabor me esta dejando cada experiencia, que gusto me da relacionarme con tales, cómo me huele el nuevo proyecto, qué escucho, qué susurran mis ansias de hacer, como veo eso que acontece y cuán suave me resulta al tacto mi nuevo sueño, son las herramientas primeras con las que cuenta el sabio emprendedor. Y acá no hablamos de irnos muy lejos a aprender las amenazas y fortalezas, las metas a corto y largo plazo, los índices de inversión o las probabilidades de éxito, sino de algo más humano y personal, que tiene que ver con estar presente poniendo el cuerpo a eso que se sueña hacer laboralmente.  
No hay emprendedor sin libertad, y esta se alcanza justamente cuando todo lo vivido es resignificado … o sea, se lo pasa de la espalda hacia la pechera (el centro del pecho), se vuelca aquello que estaba cargado en la espalda, hacia adelante, transformado por el corazón, y se torna este,  el escudo inteligente para andar. Tal como si fuera la brújula para el explorador.  Se le da un lugar nuevo a lo vivido, se lo hace parte del kit de herramientas, son ni más ni menos que nuestras experiencias a la carta!!!
Saberse uno con el todo, y sentir que nuestras propias formas son las únicas que podemos desplegar al mundo, es para mi revelador, y es, creo yo, lo que despierta al emprendedor… Ir tras su propia tinta, darle lugar a la música que suena dentro, eso sí es sabiduría… y es inteligente,  cuando aprendo a utilizarle en el momento justo, en el lugar indicado y sin expectativas.  No hay dudas!!!! Puedo llamarle asertividad, pero quá más da el nombre cuando ocurre, uno sabe tan genuinamente que así tiene que ser, que no hay forma de no ver miles de miles de momentitos de experiencias que se dieron lugar, para que ese momento este ocurriendo, y te juro, la vida se convierte en una danza constante y dichosa con sabor a chocolate y limón!!!