top of page

Noelia, la del ArSat

Orbitar satélites es cosa de mujeres. La bolivarense demuestra que con poner perseverancia y capacidad se puede llegar hasta el espacio y más allá.

 

Noelia Agüero Figlioli es bolivarense, Ingeniera en Sistemas y trabaja en ARSAT, la empresa nacional que provee a la Argentina y a otros países vecinos de servicios de telecomunicaciones satelitales. En el lanzamiento del satélite ARSAT 1, momento que quedará grabado para muchos argentinos/as, Noelia era la única mujer trabajando en el equipo técnico,  y la experiencia de vivirlo desde adentro, según cuenta, fue increíble. Mujer científica argentina, apasionada por su trabajo y madre de una niña de dos años, se enfrenta a cada desafío con responsabilidad y compromiso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Mi papá nos llevó por el camino de la ingeniería”

Noelia Agüero nació en Bolívar y vivió acá hasta que cumplió un año y medio. Su mamá bolivarense y su papá, de Tucumán, se conocieron en Bolívar por intermedio de quien es ahora su padrino. No obstante el corto lapso de tiempo en la ciudad de las palmeras, ella se considera una bolivarense por elección, “desde chiquita con mi familia veníamos cada vez que podíamos, yo pasé todas mis navidades y años nuevos acá, la verdad es que me encanta Bolívar”.

Luego de terminar la secundaria, decidió seguir la carrera que le había dado la profesión a su papá: Ingeniería en Sistemas. Entonces, comenzó a estudiar en la Universidad del Salvador, en Capital Federal. “De chiquitos, a mi hermano y a mí, mi papá nos había llevado por el camino de la ingeniería, así que siempre me gustó. A veces creo que no tenía otra salida que esta”, asume con humor.

Luego de recibirse en la Facultad, trabajó en varias empresas dedicadas a las telecomunicaciones. En 2012 entró a trabajar en ARSAT, después de que sus actuales jefes vieran su perfil colgado en la red social LinkedIn y le realizaran una entrevista y diversas pruebas. Participó del lanzamiento de los dos satélites que se han enviado desde Argentina para telecomunicaciones: ArSat- 1 y ArSat- 2, y continúa trabajando en la empresa que posiblemente dará lugar a un tercer satélite. Noelia trabaja sólo con una mujer más en el equipo de Guiado, Navegación y Control, sino que es la encargada de mantener a los satélites en su órbita en el espacio y enviar reportes de vida de los mismos.

 

“El lanzamiento del satélite fue una experiencia increíble”

Noelia ingresó a la empresa cuando el primer satélite estaba por ser finalizado y enviado al espacio, es decir, que participó del lanzamiento pero no de todo el proceso de elaboración. “Para el Arsat- 1 entré un poco tarde, estuve en los últimos pasos de diseño, y en los controles de termovacío, esto es, simulando que está en el espacio donde hay vacío, radiaciones y microgravedad, para ver cómo se comportará en los 15 años que tiene que durar allí”, explica Noelia sobre las pruebas que debió realizar en turnos de 12 horas en Bariloche.

Arsat-1 es un satélite que brinda, desde el espacio, servicios de internet y televisión a las empresas que luego, los comercializan en Argentina.  Ahora, desde la empresa se está trabajando en el “Plan Federal de Internet” que tiene por objetivo proveer de Internet a alrededor de 15 escuelas rurales de Argentina mediante una antena en cada una, que recibe la información satelital.

En octubre de 2014 finalmente llegó el momento para lanzar el primer satélite de telecomunciaciones que brindaría autonomía a Argentina y permitiría mantener la soberanía espacial. Miles de argentinos y argentinas siguieron el lanzamiento en vivo a través de canales de comunicación y otros medios nacionales, por su parte, Noelia participó del mismo junto a sus compañeros. “Fue un momento increíble, estaba súper ansiosa ese día. Fue una experiencia que para mí no se vuelve a repetir, un punto muy alto en mi carrera. Si bien el ARSAT 2 fue emocionante, el lanzamiento del primero es difícil de explicar”, confiesa.

La importancia de tener un satélite propio en el espacio radica no sólo en la autonomía que ofrece con respecto a otros países, sino también  en la posibilidad de crecimiento para la ciencia argentina. “Siempre se alquiló espacios de satélites extranjeros, ahora contamos con el propio. A nosotros nos aportó mucho conocimiento y nos abrió las puertas en un ámbito relativamente chico. Solamente seis países son capaces de desarrollar satélites y la verdad, que Argentina se encuentre entre ellos es súper importante”, explica la ingeniera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“No tenemos margen de error”

Hacer ciencia en Argentina se volvió una atractiva oportunidad con la propuesta de construir satélites de telecomunicaciones y enviarlos al espacio. La experiencia de Noelia da cuenta de ello, “por suerte en el ámbito de satélites, que es donde yo me manejo, me tocó trabajar con gente que sabe muchísimo. A mis compañeros los capacitaron para la empresa NahuelSat, empresa que pertenecía a tres naciones y que se instaló en Argentina. A ellos los llevaron a Francia luego de salir de la Facultad, los entrenaron para que vuelvan a su país ya como especialistas y muchos de ellos volvieron desde los distintos lugares que estaban para apostar al proyecto de ArSat-1. Para mí es increíble estar con gente como mi jefe que sabe tanto y que comparte el conocimiento”.

La capacitación y la actualización del conocimiento es una constante en los trabajadores y las trabajadoras de ArSat, tanto dentro del trabajo diario como en ocasiones especiales de conferencias y congresos. Actualmente, Noelia comparte su tiempo de trabajo con la experiencia de exponer en congresos y con charlas que se realizan en colegios para motivar el estudio científico. “Me tocó por primera vez exponer en el Congreso Argentino de Tecnología Espacial que se hizo en Córdoba, sobre un sistema de recolección de datos del satélite. Estar entre mucha gente que sabe un montón para mí es muy interesante”.

Las ciencias duras, generalmente se caracterizan por la exactitud de sus estudios y la perfección de las acciones que llevan a generar nuevo conocimiento. Noelia trabaja a diario en un ámbito que, para el sentido común, podría ser incluso difícil de imaginar. “No tenemos margen de error, tenemos que dejar la familia y otros asuntos fuera de la cabeza al momento de trabajar. Tenemos que tener la mente un poco más fría porque si nos distraemos podemos cometer un error muy grave. También por eso tenemos muchos chequeos entre nosotros, cuando hago una maniobra, antes de pasársela a los controladores para que la ejecuten, la miran varios ingenieros que me hacen saber si hay alguna inconsistencia aunque sea mínima, si hay algún cambio en la semana me llaman para asegurarse de que eso esté bien”.

Manejar la presión sobre su responsabilidad de que salga todo bien, es un desafío que la bolivarense debe enfrentar a diario en ARSAT, “a veces es estresante, sobre todo en la etapa posterior al lanzamiento que se llama LEOP (Lanzamiento y Puesta Final en Órbita), dura diez días en los que estamos todo el tiempo dentro de la estación, incluso teníamos camas ahí adentro. Estábamos cansados pero no por eso podíamos dejar de estar alerta, de todos modos siempre tomamos todas las medidas para que nada salga mal”.

 

“Tenía profesores que me mandaban a estudiar corte y confección”

La condición de género, sumado a la maternidad que practica Noelia desde que nació su hija, son elementos a considerar a la hora de pensar en los méritos que ha logrado esta científica que representa un orgullo para quienes la rodean. La ingeniería en general ha sido considerada durante mucho tiempo como una oportunidad para hombres, también así lo ha sido el ámbito de trabajo en el que se desarrolla esta profesión. “En la Facultad éramos solo dos mujeres y nos mantuvimos unidas durante toda la carrera. Yo me llevo bien con todos, aunque a veces necesitas a una mujer para hablar determinados temas. La verdad es que igual nunca me sentí discriminada, ni dejada de lado ni menospreciada por ser mujer en ArSat. En la Facultad a veces pasa, algunos profesores me mandaron a estudiar corte y confección por ejemplo, pero me lo tenía que tomar con humor para seguir bien. Es un prejuicio que se tiene que perder, si te gusta una carrera la tenés que hacer, no te podes basar en los prejuicios para decidir que querés para tu vida”, aconseja la ingeniera.

Sobre la maternidad y el trabajo en ciencia, Noelia cuenta su propia experiencia “Cuando nació mi hija no me tomé licencia extendida porque teníamos muchísimo trabajo así que sólo estuve tres meses con ella y me costó mucho dejarla para volver a trabajar. Antes mi trabajo era mi prioridad y cuando nació mi hija la prioridad una es ella, cuando sos mamá te cambia la vida, me tomo el trabajo de otra manera. Antes me llevaba el trabajo a mi casa y ahora trato de estar para ella. También me apoyo mucho en mi mamá y mi papá que están todo el día con ella y eso me da una tranquilidad enorme, aunque siempre estoy pendiente”. Con respecto a la situación que viven sus compañeros varones, Noelia comprende que las preocupaciones no son las mismas: “ellos quizás delegan la mayoría de las tareas en las mujeres, quizás se preocupan por otras cosas pero no tienen que estar pendientes de sus hijos los necesitan, pensar en hacer la cena, o en cuestiones de la casa. Mi jefe no tiene hijos y al principio no comprendía del todo mi situación, pero ahora sí me puedo sentir muy cómoda con eso”.

 

“Hagas lo que hagas, hay que intentar ser bueno”

Cuando la que ocupa un cargo importante es una mujer, los prejuicios disfrazados de chistes o comentarios suelen acentuarse. La experiencia de Noelia no ha quedado exenta de este tipo de situaciones “me ha pasado que cuando me presentan como Ingeniera se sorprenden y dicen 'ah mirá, no sabía que las mujeres podían ser ingenieras', también durante mucho tiempo me mandaban mails como secretaria, como si fuera la secretaria de mi jefe y a mí me causa gracia”.

Para quienes sueñan con hacer ciencia, Noelia les envía un mensaje de aliento y motivación, “que de chica te digan que vas a lanzar un satélite es como que te digan que vas a ser astronauta pero yo creo que a veces se abren caminos en la vida que hay que aprovechar. Al principio yo tenía mucho miedo de no poder o que el conocimiento no fuera suficiente pero me arriesgué y me parece importante animarse, luchar por lo que querés e intentar ser bueno en lo que haces, sea lo que sea a lo que te dediques. Eso es parte de perseverancia y horas de estudio. Por último me encantaría seguir en esta carrera que lleva mucho tiempo de análisis y estudio y que podamos seguir en el mismo camino que llevamos hasta ahora”.

  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page

Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

bottom of page