top of page

"El Cachi"

La gomería de Francisco es una de las más tradicionales de Bolívar. “Vengo de la panza de mi vieja con este oficio”, dice el hombre de trabajo que representa el espíritu de todo un barrio. Actualmente su hijo, José, llevó renovación a su vida.

 

 

 

José Gabriel Francisco, conocido popularmente como “el Cachi”, empezó como gomero en los años ’70, cuando sólo tenía 14 años. El propio “Cachi”, contó que está próximo a cumplir 50 años como gomero. “Me críe con míos tíos Meca, los Monteagudo y de ahí empecé a acercarme a este oficio”.

Empezó trabajando en una gomería ubicada en calle Quintana 85. “Uno de mis tíos tiene un accidente, lo mató la corriente y así fue como arranqué solo”, relató entre muchas de sus historias. Agregó que “me dieron las herramientas mi tía y mi vieja porque ya venía funcionando la gomería. Tenía 14 años, me costó muchísimo hasta que me conocieron; pero me tocó pasar momentos difíciles”.

Si bien “Cachi” empezó a trabajar cuando era un niño, ya conocía bastante de este oficio. “Me inicié con los Meca, cuando tenía cinco o seis años, porque iba y me quedaba en la gomería, que estaba enfrente de lo Bonatti, en avenida San Martín; en eso tiempo estaba la Esso y lo Bonatti. Ahí me crié con ellos prácticamente”, comentó.

En la gomería que estaba ubicada en un local de calle Quintana 85, “Cachi” estuvo varios años hasta que se casó y consiguió trabajo en la estación de servicio Isaura, en ruta 65, casi en la rotonda con ruta 226, donde estuvo 11 años y luego, siguió por su propia cuenta hasta el día de hoy.

 

Su propio andar

Luego de mucho tiempo, esfuerzo y trabajo, pudo lograr tener su propia gomería. “Yo empecé con la maza y las palancas en años muy difíciles donde nos costó mucho podernos afianzar. En ese tiempo, era todo manual y a base de fuerza. Hoy, todo cambio, tenemos una gomería moderna y estamos para competir. No somos grandes pero tampoco chicos, creo que estamos bien”, resumió.

El trabajo en la gomería de una estación de servicio en la ruta es distinto al de una gomería en la ciudad. “Ahí era todo camiones o máquinas agrícolas, era mucho más pesado y atención las 24 horas. Igual, gracias a eso, fue el momento en el que pude despegar y armar lo mío”.

La mayoría de los casi 50 años que lleva como gomero, “Cachi” trabajó por cuenta propia. El momento de ir a la gomería de la ruta fue porque estaban haciendo las cloacas y el asfalto en el barrio y cerraron la zona por un tiempo prolongado. Eso hizo que “yo buscara otro lugar y así surgió trabajar en la gomería de la estación de servicio”.

En el año 1991, el “Cachi” montó su propia gomería en su casa y con esa misma actividad con la que se inició, sigue hasta el día de hoy, con algunos cambios. La modernización de las máquinas y nuevos servicios fue acompañado por un cambio de lugar. Desde hace 10 años, la gomería se trasladó unos metros más sobre el inicio de la calle Quintana. El traslado al nuevo lugar, tuvo que ver con la ayuda económica de Lidia, la mujer de “Cachi” que le permitió seguir creciendo y sumar más servicios. “Estamos en un lugar más cómodo, antes yo estaba en un pequeño garaje donde estuve 24 años, trabajando a la intemperie y en un espacio muy reducido. Hoy, podemos decir que estamos mucho mejor y, sobre todo, podemos ofrecer más espacio y comodidad a nuestros clientes”.

Además del servicio de arreglo de neumáticos, gomería “El Cachi” tiene desarmadora, enderezadora de llantas, vulcanizadora y venta de cubiertas usadas.

Uno de los grandes cambios en este oficio, que llegó de la mano de la modernización y tecnificación, es que se hace mucho menos fuerza aunque sigue siendo un trabajo que requiere de lo manual. “Cachi”, contó que “hoy prácticamente no se hace fuerza. Yo ya tengo 64 años y para desarmar una goma casi ni me cuesta, cuando antes, se requería de mucha fuerza para hacerlo. Si hoy, tuviera que trabajar de la manera tradicional de cuando me inicié, no sé cuánto hubiese resistido”.

Consultado cómo se hace para persistir tanto el tiempo con el mismo trabajo, “Cachi” respondió que “creo que pasa porque uno ha sido siempre igual, nunca perdimos la línea desde el inicio. Seguimos con la misma tónica, nunca cambiamos y seguimos siendo la misma clase de persona desde cuando no teníamos nada a tener esto. Yo me siento el mismo tipo que empezó cuando tenía 14 años, nunca mi vida cambió”. A todo esto se suma la confianza y el trabajo responsable desde hace tantos años que la clientela lo nota y hace que vuelva cada vez que lo necesita. “Para que tengas una idea, en este momento, estoy atendiendo gente que viene hace 40 años y si no viene el cliente de ese entonces, vienen sus hijos o sus nietos, es decir, que estoy atendiendo varias generaciones”.

En estos casi 50 años que lleva como gomero, nunca pensó en dejar o cambiar de oficio. “Nunca se me cruzó por la cabeza. Siempre mal, bien o regular me centré en un punto y ahí fui. Siempre me quedé en esto, alguna vez hice algo de albañilería; pero para mi casa o para ayudar a mis hijos; pero mí oficio es este sin dudarlo”, subrayó.

Esta situación de mantenerse con el mismo oficio, tiene que ver con haberlo mamado desde muy chico. “Yo ya vengo de la panza de mi vieja con este oficio. Mi tío fue gomero durante 50 años y me crié con ellos, hasta conservo algunas cosas de esa época, como un criquet, abridores y otros elementos que los guardo y que tienen muchos años, por eso, me aferro mucho a ellos”.

La actualidad, como en todos los rubros y dado la situación económica, “Cachi” la definió como “muy difícil”. En los dos últimos años, “nos tocaron momentos muy bravos. En este lugar, en su momento, abrimos la gomería y un lavadero de autos, que estaba a cargo de mi yerno; pero lo tuvo que cerrar por falta de trabajo. Hoy, quizá, estamos un poquito mejor, no podemos decir que bien; pero pasamos dos años terribles y gracias a la ayuda de mi hijo José y mi familia la pudimos aguantar y seguir adelante, porque sino no sé qué hubiera pasado”.

Desde hace unos años, “Cachi” sumó un refuerzo a la gomería, que es su hijo José. “Vino con ideas nuevas, proyectos para mejorar como comprar ciertas máquinas para ampliar y brindar un mejor servicio, implementar la venta de gomas usadas y otros adelantos. Todo fue idea de él porque yo quizás, con el tiempo y los años, me hubiera quedado sólo con lo que tenía. Trajo una renovación que a mí me cambió la vida”.

A todo esto hay que sumarle, que también José se pone al hombro el trabajo diario de la gomería, convirtiéndose en un gran aliado de su padre, quien no dudó en afirmar que “llegó para darme una gran mano”.

El oficio de gomero, con el paso del tiempo fue cambiando, en beneficio del propio cuerpo del trabajador que hoy, prácticamente realiza el menor esfuerzo comparado con años atrás. Así lo explicó “Cachi”, “hoy es todo más sencillo, antes desarmabas una goma con una maza y las palancas y hoy tenés una máquina neumática que hace prácticamente el trabajo sola. Tenemos una enderezadora de llantas que hace lo mismo, cuando antes era a fuerza de golpes con la maza. En otros tiempos, era todo a base de fuerza; pero hoy podemos decir que tenemos todos los implementos para hacer un buen trabajo, con menor esfuerzo y mucho más rápido. Antes, hacer una goma te llevaba más de media hora y hoy, en quince minutos o menos, está arreglada”.

“Cachi” definió el oficio de gomero, que lo práctica desde hace 50 años pero que lo traía desde las entrañas de su madre, como “algo que es mi vida. Esto me dio la familia, mis hijos, el estudio de ellos, me dio todo. Y si volviera a nacer volvería a ser gomero otra vez, sin ninguna duda”, afirmó con cierta emoción que se notaba en sus ojos.

Gomería “El Cachi” se encuentra en calle Quintana 36, atendiendo de lunes a sábados de 8 a 12 horas, por la mañana y de 15 a 20 horas por la tarde.

 

  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page

Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

bottom of page