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Jóvenes Emprendedores: 

Frescura, más que un concepto

El primer emprendimiento en plena juventud. La mesura, pies en la tierra, y el oído atento como premisas. La Granja de José, productos frescos como garantía.

 

Productos frescos de granja, higiene total, calidad asegurada y atención personalizada son algunas de las cualidades que se destacan en “La Granja de José”, un emprendimiento joven, con un prometedor futuro.

José María Podazza tiene 22 años y hace uno que desarrolla uno de los desafíos más importantes de su vida. Emprendedor joven, con más certezas que  dudas recibió su mayoría de edad con la inauguración del local. La pollería que lleva su nombre es un reflejo de su responsabilidad, juventud y voluntad.

Como muchos chicos de su edad, José María debía decidir a qué iba a dedicar su vida, entre el trabajo y el estudio “sinceramente no tenía ganas de estudiar, además tengo experiencia en el rubro en otro lado entonces no me generó miedo empezar por mi cuenta, sí un poco de nervios pero por la presión de atender bien al cliente, que no haya errores”.

En su cuadra y alrededores ya lo conocen y lo siguen eligiendo, cuando no está preguntan por él, bolivarenses de otros puntos de la ciudad llegan hasta la pollería buscando sus productos frescos, pero la enorme humildad de José apenas le permite admitir que le va bien.

De un año a otro el emprendimiento no sólo se ha mantenido favorablemente sino que ha mostrado indicios de crecimiento que motivan a su propietario, “antes terminaba de hacer las milanesas y me sentaba a jugar a las cartas, ahora no tengo tiempo para un recreo”. Del mismo modo ha ido ampliándose la oferta de productos de granja, “abrí solamente con pollos y el local estaba bastante vacío comparado con ahora, luego fui agregando congelados y preparados, siempre en base al pollo”. Actualmente, La granja de José ofrece: milanesas de pechuga, de pata y muslo, rellenas, pollo trozado, hamburguesas caseras, arrollados, albóndigas, y otros productos de granja como huevos, queso, chorizo y dulce de leche de la Escuela Salesiana de Del Valle.

Más que un emprendimiento familiar se trata de un desafío del joven que día a día comienza a abrirse paso a los caminos de la adultez, enfrentando lo nuevo de cada día con paciencia y dedicación, fortaleciendo la confianza, emprendiendo su propia vida.

 “Ofrecemos productos aptos para un gran número de personas, los preparados no están ni demasiado condimentados ni desabridos y también hago sin sal, además preparo mercadería por encargue, me piden cierta cantidad por teléfono y se los tengo listos por ejemplo a clientes del campo que están seguros de llevarse productos frescos”.

Cada emprendimiento que trabaja con productos comestibles en general y mercadería fresca particularmente, implica un tratamiento extra que se asimila a la idea de empezar de nuevo todos los días “trato de trabajar con lo del día, lo que bajo del camión se elabora y se vende ese mismo día, no pido de más para asegurar la frescura y lo elaborado es para un mismo turno, no sobra de la mañana hasta la tarde porque si no toma olor, como el pescado”.

La experiencia previa en el rubro, como empleado, le fue de gran utilidad a José María para animarse a emprender de manera independiente, aunque al momento de lanzar su propia marca se encuentra con algunas adversidades: “por un lado, yo tengo mis tiempos y nadie me controla, pero por otro lado hay muchas más responsabilidades a tener en cuenta que siendo empleado apenas conocía, como estar pendiente de la mercadería, hacer números al finalizar el día, hacer el trabajo detrás y atender a la gente adelante, estar en todo básicamente”.

La granja de José es un ejemplo de emprendimiento joven y de la osadía de comenzar algo nuevo para ser independiente y obtener un medio de vida estable. Aun así nunca los comienzos están asegurados pero esto no significa un impedimento, según las palabras de José María: “si está la idea más o menos ordenada hay que animarse, no pensar demasiado, esto arrancó solo y yo le seguí el ritmo. Yo empecé con poco pero sin deudas, si es posible, lo mejor es comenzar despreocupado, con la mente despejada y ocupada sólo en los gastos fijos, en la mercadería, el día a día”. El agradecimiento y la buena predisposición forman parte de la rutina emprendedora, “estoy contento porque todo lo que tengo es mío y si me va mal soy el único perjudicado, no estoy pendiente de si le debo algo a alguien o perjudico a otra persona. Este año que se ha pasado rápido ha sido bueno, pese a la situación económica complicada yo tengo cada vez más actividad, ahora hay un ritmo constante”.

Uno de los aspectos fundamentales e imprescindibles de todo comercio está vinculado al público y las maneras de vincularse con él: “la relación con los clientes se da muy relajada, vienen clientes fijos y acá funciona mucho el boca a boca, sé que viene gente por recomendación de otros. Me gusta que se lleven buena onda del local, trato de estar atento a cada persona. En lo personal, tener un local o alguna profesión me sirve para abrirte socialmente y conocer gente”. Las herramientas para emprender, comunicar y poder desarrollarse con éxito varían de un emprendimiento a otro, para José María “la mejor manera de llegar a la gente es darles lo que cada uno necesita, en mercadería y en atención, buscar un término medio en las preparaciones, algo que llegue a todos pero que tampoco sea lo mismo para cada cliente, es difícil pero se logra conocer el gusto de cada uno, ese sería el truco”

 

¿Cuál es el secreto para mantener las ganas? La respuesta de José es concreta “si bien lo tomo como rutina, los días acá no son iguales, nunca es lo mismo, las personas, las relaciones y las actividades hacen lo atractivo de este trabajo, siempre hay algo nuevo”.

Satisfacciones “tener de qué trabajar o saber a qué dedicarte me permite ver las cosas desde una perspectiva positiva, valorar lo que tengo y el trato con la gente me mantiene contento”.

Valores “para que te vaya bien no te pueden faltar ganas y optimismo, pensar en positivo es la mejor alternativa. En lo posible yo recomiendo no empezar un emprendimiento solo, siempre tener alguien que se mantenga al lado para discutir, pensar juntos las mejores opciones”.

Ser joven constituye, sin dudas, una ventaja a la hora de emprender, para José María se trata de una inversión a futuro: “pienso que cuando sea grande tener algo mío, un trabajo y un ingreso fijos me van a dejar estar cómodo, eso es una ventaja de ser chico ahora. Ahora que no tengo hijos ni pareja, me puedo dedicar de lleno al trabajo. Quizás me ahorro una preocupación a futuro, uno trabaja por su familia y trata de estar tranquilo, sin descuidar nada.”

“Yo le pido a los clientes que me hagan recomendaciones o que me marquen errores para ofrecerles lo mejor, tengo en cuenta su opinión, como guía, para poder ofrecerles lo mejor. Acá saben que van a encontrar fresco, nunca vendo mercadería del día anterior, la calidad está asegurada, eso sí lo puedo prometer. Además la higiene es muy importante para mí así que nunca está descuidada, es fundamental. Pienso primero en el producto, en lo que voy a vender y cómo se vende, lo hago como si fuera para mí, esa es la clave de todo”.

El paso de empleado a empleador, o a trabajador independiente viene acompañado, en este caso, del gran apoyo familiar “el nombre del local lo eligió mi hermana Federica y buscó la imagen del pollo. Yo ya tenía casi todo listo y me faltaba el nombre así que ella se hizo cargo”, ejemplifica José. Las ventajas de este grupo de trabajo están vinculadas básicamente a la confianza entre sus integrantes: “es fácil ser abiertos entre nosotros, no existe esa barrera que por ahí hay entre un patrón y un empleado al principio de la relación, acá nos podemos decir qué está bien y qué está mal, qué se necesita, nos podemos decir y discutir todo, se da más fácil la expresión, todo se habla en el momento”. José María se muestra agradecido “lo que más me ayuda es el apoyo familiar, sea monetario o compañía, a la familia y a los clientes les agradezco siempre”.

Si bien esta historia lleva sólo un año de vida, se suman experiencias y aprendizaje pero no se desgasta la voluntad, su principal hacedor se permite soñar más allá del presente: “un proyecto muy a futuro sería poder crecer hasta llegar a abrir otro local, que todo salga bien con este y soñar con otra sucursal, pero a corto plazo me gustaría seguir a este ritmo y si aparece la necesidad de tener que sumar a un empleado mucho mejor, que crezca la venta, mejorar, crecer y agrandar el equipo de trabajo sería señal de que a la gente le gusta lo que estamos haciendo”.

 

Contacto:

Dirección: San Martin 147

Teléfono: 15-503352

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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