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El turismo siempre tuvo una intencionalidad

Daniela Rodríguez revisó la historia turística del país desde la oligarquía del S XIX al peronismo. Entiende que siempre tuvo una planificación de distintos actores que comprendieron las condiciones socioeconómicas y culturales de la población. Hoy se valorizan otras cuestiones y surgen los destinos emergentes.

 

María Daniela Rodríguez es Doctora en Ciencias Sociales, Licenciada en Turismo, docente en la Universidad del Comahue, investigadora del CONICET, y además bolivarense. Es coautora de "Aproximaciones a una mirada histórica del turismo en Argentina", un libro que bucea en el descubrimiento del turismo desde la oligarquía terrateniente hasta el peronismo, evidenciando cuestiones sociales e ideológicas que terminan en constituirse en políticas de Estado.

En su paso por Bolívar dialogó con infoEmprendedor, "decidimos abarcar un período que va desde 1850 a 1950 porque vimos que existía una necesidad en los estudiantes de turismo en el que había un período en el que faltaban cosas para contar y que habían pasado", que no se habían incluido en otras investigaciones. "Todo parecía que empezaba con el peronismo", pero veían que había una historia sin contar. "Algo pasaba, había un Estado nacional conformado, en construcción... veíamos que Bariloche o Mar del Plata existían cincuenta años antes que el peronismo. ¿Quiénes lo habían impulsado? ¿Quiénes lo visitaban? ¿Es posible hablar de turismo argentino en el S XIX? ¿Qué características tenían los viajes? Uno comienza a entender una Argentina bajo la matriz agroexportadora, en donde no existían las agencias de viaje, la hotelería no tenía el desarrollo actual. Entonces veíamos que había que ir más atrás de las vacaciones pagas y los movimientos populares del peronismo".

Definido el proceso inicial abordan distintos hechos como "los viajes de la oligarquía a Europa, la relación del país con Europa, la creación de Parques Nacionales, y varios acontecimientos vinculados a dónde viajaban, qué grupo social lo hacía y qué rol cumplen los centros turísticos como Mar del Plata y Bariloche que comienzan a fines del S XIX". Observa que el considerar "a Bariloche como la Suiza argentina, tiene que ver con la idea de los viajes que hacían los sectores altos de la llamada oligarquía, que vacacionaba en los Alpes Suizos o el modelo de Mar del Plata que es Biarritz o Niza, que a pesar de las distancias, repiten un modelo de la Argentina mirando a Europa".

En el desenlace de la lectura se observa una mirada profunda desde lo político, económico y social. "Eso era un desafío, porque el turismo se mira ahistóricamente, y nosotros creemos que debe observarse en relación a un contexto, porque el turismo es un fenómeno que va al compás de lo económico y social. Por eso no son casuales algunas tendencias". En aquél momento, "la Generación del 80 era un grupo de no más de 400 familias que combinó el poder político y económico, y post la Primera Guerra Mundial, esos grandes viajes a París o resto de Europa, ya no eran tan atractivos, por lo que buscaron replicarlo aquí". Poco más tarde, también observan el impacto de la Crisis del 30, "en Argentina se ponen los ojos tanto en Inglaterra como Estados Unidos, en Europa desarrollando el ferrocarril como modo de extracción de la materia prima y que también se convierte en transporte de turistas. Desde 1914 Bariloche tiene tren. Y después de la crisis del 30, EEUU empieza a mirar a Argentina para el desarrollo del automotor, y se da una especie de competencia para ver cuál sistema de transporte es el que va a primar aquí". A partir de ese punto de inflexión el automotor ganará definitivamente, "se hacen las Rutas 1 y 2 con el fin de llegar a Mar del Plata, instalándose el auto como modo de transporte; también aparecen servicios como el Automóvil Club Argentino".

 

Al poco tiempo, "desde el Estado comienzan nuevos organismos a colaborar con el desarrollo del turismo, es muy importante la creación de la Dirección Nacional de Parques Nacionales, donde ya se concibe al turismo como una actividad económica y social, generadora de ingresos, en el que Argentina tiene una importancia por su riqueza natural y cultural, y además con personas comienzan a tener el interés y la práctica de vacacionar. Así comienza a instalarse en las agendas gubernamentales, tanto en Nación como las provincias, como una política de Estado, y que antes no existía".

 

 

 

 

Hasta aquí fue un período pre peronismo, momento en que comenzó a fomentarse para un consumo masivo. Rodríguez entiende que "el peronismo entendió muy bien la importancia que era para la familia trabajadora la importancia de viajar, como el tiempo libre o que una familia conozca el mar. Así comienza una muy buena vinculación con los sindicatos para desarrollar Mar del Plata, las Sierras de Córdoba y parte de Mendoza y San Luis, la creación de hoteles sindicales, y un montón de accesibilidades como rebajas en transporte, vacaciones pagas, etc. También tuvo que ver con una demanda sindical que venía de muchos años, que entre sus demandas, también estaba el derecho a goce del tiempo libre". Reconociendo la concreción coyuntural, resalta que también tuvo que ver con "los movimientos migratorios previos, con las ideas que trajeron como las mejoras laborales, todas semillas que se cosechan en este momento".

 

Las curiosidades inesperadas

La búsqueda genera caminos supuestos, como también auténticas revelaciones o llamados de atención, tal como "conocer quiénes viajaban o por qué lo hacían en ese momento, lo que uno ni imagina", refiriendo a una actividad que tiene una mirada muy actual, por lo que "me llamó mucho la atención aquél momento. También esa mirada geopolítica de la creación de los Parques Nacionales, como afirmación de áreas de fronteras, el Iguazú -tripartita con Paraguay y Brasil- y el Nahuel Huapi y Lanín -limitando con Chile-. Así el turismo también aparece como otra cosa, también proteger o plantar bandera territorial, y también con el prestigio de la gente que había viajado, los largos viajes europeos, la demostración y lo suntuoso. Hemos leído relatos donde la gente en Buenos Aires ante la imposibilidad de viajar cerraban las ventanas durante una semana con ellos adentro para después decir que habían viajado", vinculándolo al reputación que representaba entonces. Asimismo rescata como significante "la burguesía que dejó de ir a Mar del Plata cuando los sectores populares comenzaron a viajar y no se bancaban compartir la playa con alguien que no fuera de su clase", y así comienzan a surgir "Pinamar, que cuando llega la clase media, va a dar origen a Cariló, y así sucesivamente, ampliando horizontes posibles en otras zonas".

En la actualidad "ocurre lo mismo con las costas a los lagos, los recursos naturales son públicos, de todos, y todos tenemos derecho a disfrutarlo", situación que hoy se halla en discusión en numerosos espacios geográficos, lo que representa "una cuestión de poder y privilegio", pero que "forman parte de lo mismo, que el turismo y el tiempo libre son un derecho para todos".

                                                       

El turismo hoy

Al momento de ponderar el futuro del turismo actual, Rodríguez interpreta que desde su especialidad se entiende que se dan "ciclos turísticos, con un crecimiento, desarrollo, consolidación y declive. Hoy existen algunos centros turísticos que están saturados, como Bariloche y Mar del Plata, que lo están por lo que no hay que hacer. Hoy en Bariloche, si la principal actividad es el turismo, ves que muy bien no les ha ido, porque hay dos Bariloche, como una ciudad con dos caras; es un modelo de urbanización que no escapa en esas ciudades. Por eso creemos que hay una tendencia a -escasos- programas de financiamiento para desarrollar infraestructura y equipamiento de nuevos o emergentes destinos, lugares que hace 10 o 15 años no ofrecían nada y que hoy se valorizan por alguna tradición, elemento cultural o una fiesta. Hoy comienzan a diversificarse, más allá del mar y la montaña, comienzan a verse una diversificación de distintos lugares, donde el Estado sí es un promotor, porque se ve al turismo como una actividad lucrativa, no salvadora porque es temporal por nuestras cuestiones climáticas".

En la reconceptualización turística "se están ampliando los lugares turísticos, cada vez más las provincias tienen para mostrar nuevos eventos culturales, se ampliaron los parques nacionales, que también tuvieron una apertura, un estímulo a que los visiten".

 

¿Bolívar turística?

En cuando al análisis de posibilidades del turismo en localidades como Bolívar, la especialista entiende que "es importante pensar la valorización que se le está dando al espacio rural, tanto de la tradición como la cultura, tan importantes para mostrar como lo vinculado a la ganadería y agricultura, pueden pensarse desde ahí propuestas o iniciativas, sean de negocios o de circuitos de recorridos cortos, de un día. Por otro lado se trata de un lugar estratégico, a distancias accesibles; pero no tanto como alejamiento sino como escapadas hacia lo rural".

Otra cuestión que enfatiza es "mostrar lo que se tiene, no buscar lo que no hay, no se trata de inventar lo grandilocuente. Se tiene que tratar de crear una actividad turística con lo que se tiene, o como recreativa, que también es lo que se busca, el descanso, el disfrute, el silencio, el horizonte pampeano, cosas que pueden generar una motivación, sea para tomar unos mates, pasar el día o comer en un lugar. Ese es el valor que tienen pueblos como el nuestro".

                                                                                                          

En conclusión subraya que "el turismo no es una actividad espontánea, sino que siempre se ha planificado, sea la actividad privada o el Estado, se ha pensado y proyectado". No hay lugar para improvisaciones, sino que se trata de una actividad que demanda "mucho trabajo, genera empleo, infraestructuras y equipamiento, hay un sistema-equipo de actores acompañan a eso. No es solo vinculado al turismo, sino que debe estar preparado el todo, desde un hospital a una panadería, concientizados en que el turista está disfrutando de su tiempo libre, pero el que atiende, lo hace en su tiempo de trabajo, lo que hace una gran diferencia a presentar en el lugar. De ahí es que hay una interacción socioeconómica".

Por último observa el impacto de las cuestiones económicas negativas en un proceso como el actual, donde la principal incidencia se da por el lado de "la devaluación de la moneda, eso se mide, estudia y contabiliza. Como es una actividad regida en el tiempo libre, disminuye la cantidad de personas que se mueve. Pero también hay una creatividad en las alternativas; cuando uno viajó y disfrutó, en lugar de un hotel, irá a un camping, pero igual saldrá. Eso tiene que ver con cambios sociales que se han producido, hay más alternativas". Asimismo cambió el tiempo de recreación, "antes se mudaba toda la familia, hoy son viajes más cortos, o se visita a alguien, pero la opción es no viajar. A pesar de un contexto desfavorable, un fin de semana largo, dentro de sus posibilidades la gente sigue viajando", culmina la especialista.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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