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Ferias verdes: producción local y Economía Social.     

 

A partir del último diciembre se puede ver en la plaza céntrica de Bolívar, y otros lugares, lo que se ha iniciado como un espacio de venta y exposición de plantas y hortalizas de producción local. Con un poco de incredulidad los organizadores se animaron a montar una feria que pusiera en valor los productos que varios bolivarenses generaban en los patios de sus casas, y así la experiencia los sorprendió gratamente hasta el punto en que hoy cuentan con un grupo de feriantes que trabaja en conjunto y potencia el desarrollo agrícola local.

Desde 2012 articulan entre sí el programa Pro Huerta de INTA con la Dirección de Producción del Municipio y la Secretaría de Desarrollo Rural y Familiar – del Ministerio de Agricultura de la Nación- con el objetivo de planificar las ferias verdes que actualmente se llevan a cabo. Micaela Guinea coordina el área de Producción y comenta que “las primeras reuniones tenían como objetivo realizar una feria franca que tuviera productos de huerta y envasados para comercializar, haciendo énfasis en el agricultor familiar. Lo que se intenta es dar un marco a una realidad que ya existe, fortalecer al productor local generando un espacio donde pueda vender sus productos.”

Otro pilar importante en esta iniciativa es Pro Huerta que se encarga, entre otras cosas, de buscar huerteros a través de promotores, como por ejemplo trabajadoras sociales desde los CAPS -salitas de salud en barrios- quienes identifican a los productores y valoran su trabajo.

Los organizadores coinciden en que antes de realizar la primera feria las expectativas eran en realidad acotadas y no se imaginaban que la respuesta de productores y consumidores sería tan buena, en este sentido Guinea asume: “empezamos con cinco feriantes localizados en diferentes CAPS una vez que estaba dictada la ordenanza que autorizaba este tipo de eventos. La primera feria fue un éxito y los feriantes pudieron vender todos sus productos. Entonces decidimos hacer otra en el mismo mes (diciembre 2014) y ahí duplicamos los feriantes”.

La primera Feria Verde se pudo ver en la plaza del centro el 20 de diciembre pasado presentada como un espacio de venta y exposición de plantas y hortalizas de producción local. En ese momento participaron cerca de seis feriantes que, para su sorpresa, vendieron absolutamente todos sus productos. Antes de terminar el último mes de 2014 se realizó otra de las llamadas ferias verdes y en enero y febrero se repitieron exitosamente hasta contar con alrededor de 30 feriantes en su quinta edición. Ramiro Amado, referente del programa Pro Huerta, adjudica este éxito principalmente al trabajo de los feriantes: “Ahora se dio el momento justo donde la ordenanza, la Ley de Agricultura Familiar y otras disposiciones permitieron que las ferias se puedan llevar a cabo pero sobre todo fue importante la voluntad e iniciativa de los productores.” Por otra parte Guinea sostiene que el éxito se debe a dos cosas: “una es el producto natural y la garantía para  la gente de que está consumiendo un alimento sano sin la intervención de fertilizantes y otros agroquímicos. Y por otro lado la relación calidad-precio que se encuentra en las ferias.”

Las ferias son la cara visible de un arduo trabajo que no sólo se da en lo productivo sino también en lo social. Los productos elaborados constituyen una fuente de trabajo a partir de la cual se tejen redes con personas que tienen intereses similares y así surgen muy ricas experiencias. Roxana Roldán, trabajadora social cuenta que en los barrios de Bolívar es necesario sumar, al trabajo agropecuario, una perspectiva que contemple a la igualdad de género: “allí se ve muy claramente la necesidad de cubrir las potencialidades de las mujeres como emprendedoras con sus propios productos. En este sentido se han formado grupos de huerteras y de hecho ellas fueron las impulsoras de generar un lugar donde vender lo que cosechaban”.

                                                                                      

Economía Social y Solidaria en Bolívar

La Economía Social y Solidaria en Argentina comienza a aparecer con fuerza durante la crisis socioeconómica que tuvo su pico máximo en 2001. Con el desempleo como una de las principales consecuencias, las masas quedaron desprotegidas frente al mercado. Entonces, cuenta la historia reciente que se crearon mutuales y cooperativas para trabajar en conjunto, empleados reabrieron fábricas de las que habían sido despedidos, se intercambiaron productos con la metodología del trueque, entre otras alternativas. Alicia, hoy participa de las ferias verdes y es testigo directo del inicio de la ESS “desde el 99 hasta el 2001 yo hice mucha huerta porque justo coincidió con una crisis económica muy fuerte. En ese momento tuve una quinta grande y vendía a mis vecinos casa por casa, también intercambiábamos productos como trueque”. 

Si bien no existe una definición única sobre este término en boga actualmente, a grandes rasgos, se trata de un tipo de economía alternativa a la capitalista que se centra en el ser humano y no tanto en el producto como mercancía, es decir valora más al trabajo que al capital. Es solidaria porque no se trabaja de manera individual sino que los emprendedores elaboran sus productos en conjunto, se incentiva el trabajo comunitario en lugar de la competencia. Este tipo de economía no tiene que ver únicamente con la pobreza o situaciones de vulnerabilidad ya que además constituye un proyecto de sociedad donde las diferencias sociales y económicas sean cada vez más débiles. Las Ferias Verdes son una manera de trabajar de acuerdo a estos valores, entre otros, y un espacio donde materializar y poder mostrar el esfuerzo que conlleva la producción. Guinea reflexiona acerca de este tema: “me parece que la gente en general aún no conoce lo suficiente sobre la Economía Social y Solidaria ya que es un término bastante nuevo. Incluso los productores no sabían que lo que ellos estaban haciendo ya desde hace un tiempo podía ser enmarcado dentro de los que se llama Economía Social. Actividades como las ferias apuntan precisamente a generar mayor consciencia y a dar a conocer sobre este nuevo tema.” La organización de las ferias también gira en torno a la necesidad de dar a conocer esta economía alternativa y para ello trabaja con folletería y otros materiales haciendo principal hincapié en la reciente Ley de Agricultura Familiar que fomenta y regula este tipo de actividades.

Amado, además, considera que la Economía Social desde el caso puntual de las ferias constituye una experiencia enriquecedora que supera las expectativas en cada encuentro: “la experiencia nos ha demostrado que se trabaja de manera inclusiva, cuando viene una persona con pocos productos pero que igual puede venderlos, y es solidaria entre los mismos productores”. Por otra parte, Alicia celebra que se lleven a cabo las ferias como un lugar donde puede vender sus productos y encontrarse con colegas y consumidores. También valora las reuniones que INTA realiza con frecuencia y reflexiona sobre la Economía Social: “Este tipo de economía siempre existió pero ahora hay una mirada diferente, no sé si por el Estado o por una apertura de nuestras cabezas más allá de la bandera política que tenga cada uno. Esto tiene que estallar, hoy serán frutas, productos elaborados como mermeladas, más tarde se habilitará para pollos y así completar con las proteínas animales. Yo creo que tiene que funcionar”.

 

Para sumarse a las ferias:

Los interesados pueden acercarse a INTA a través de Pro Huerta, al Municipio en el área de Producción o en los Centros de Salud (CAPS) de cada barrio. Los organizadores consideran necesario que antes de participar de una feria por primera vez, el interesado/a pueda asistir a las reuniones ya que allí se genera un contacto previo donde se acuerdan precios para los productos y otros detalles. Las ferias se realizarán regularmente el segundo sábado de cada mes y un miércoles previo se llevará a cabo una reunión que se dispone en diversos lugares, puede ser en INTA, en Producción o en la casa de algún productor. “El principal requisito para que alguien participe de la feria es que sea productor, en este caso que tenga huerta, también la garantía del buen uso de esos productos, que esté inscripto como Monotributo, que tenga Libreta Sanitaria (otorgados por la organización) y que participe de las capacitaciones que realizamos frecuentemente”. Agrega Roberto Basso, técnico de la Secretaría de Desarrollo Rural y Familiar.

Los organizadores dejan en claro que las ferias están abiertas a toda la comunidad y que todos/as quedan invitados a participar como productores y/o como consumidores.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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