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Don Emilio, los primeros de la historia.

 

La rotisería de la comida para todos los días. Los Junco fundaron el primer negocio del rubro en Bolívar. “Emprender en lo que te gusta te lleva una vida entera”

 

Hace 36 años Adriana Villacorta y Emilio Junco decidieron emprender juntos un camino que hoy los convierte en conocidos referentes de la gastronomía local. La rotisería Don Emilio surgió como una búsqueda de, por un lado, un medio de vida y por otro, un espacio propio donde poder disfrutar de la cocina. “La rotisería para nosotros es todo, es nuestra vida, donde hemos puesto todas nuestras expectativas y también donde pudimos concretar nuestros sueños”, coinciden los propietarios.

Con la gastronomía como una herencia familiar, Emilio eligió Bolívar como el lugar ideal para desarrollar sus proyectos e ideas, además de formar una familia. “Llegué a Bolívar porque trabajaba para una empresa, después me quedé a jugar al fútbol, conocí a Adriana y así comenzó toda esta historia”, confiesa. En aquel entonces trabajaba en el bufet de un club en Cañuelas y, al momento de su casamiento, la rotisería ya era más que un sueño, un hecho que comenzaba a tomar presencia en sus vidas, “nos casamos el 28 de febrero y abrimos el 3 de marzo”, agrega Adriana.

Bolívar en 1979 era una localidad con relativamente pocos habitantes, que además no tenía instalado el hábito de comprar comida hecha, esto les costó a Emilio y a Adriana años de trabajo, constancia y paciencia.  “Era muy difícil mantener la rotisería abierta todos los días, se vendía bien sábado y domingo pero no alcanzaba, de todos modos abríamos siempre”, recuerda Adriana. En aquel entonces recuerdan los propietarios existía “La Bolivarense”, conocida pizzería que funcionaba los domingos. Es decir que la primera rotisería abierta al público durante todos los días de la semana fue “Don Emilio”.

La elección del nombre se dio, como casi todo en esta historia, de manera muy dinámica y sencilla. “Don Emilio” representa a su propietario y también a la familia dedicada a la gastronomía que les dejó, como herencia, el amor por la cocina. En ese entonces existía el restaurante “Don Jacinto” y en 1979 se sumaba la rotisería que aún hoy funciona en la esquina de Brown e Ignacio Rivas. Al momento de montar la rotisería, el reciente matrimonio trabajaba con el mismo entusiasmo que aún hoy se mantiene en el lugar pero sobre todo con grandes esperanzas y expectativas sobre lo que años después lograrían, una rotisería de primera calidad. “Cuando era más joven tenía mucha ansiedad, quería trabajar, salir, disfrutar, todo junto” recuerda Adriana sobre los primeros años de vida del local.

El emprendimiento familiar ha sabido superar todos los obstáculos y mantenerse en pie, “con tesón, paciencia y entusiasmo hemos podido no sólo trabajar mucho sino además poder disfrutar de lo que hacemos todos los días. Pasamos por todas las crisis económicas y seguimos acá” reflexiona Adriana. Uno de los factores importantes para que el local siga funcionando con éxito es la fidelidad de los clientes de siempre, sobre todo del sector trabajador de la ciudad. No obstante, el público que acude a las delicias de “Don Emilio” es bastante amplio, “el constante es el obrero pero viene también clase media y media alta, estudiantes, viajantes que están de paso por Bolívar, gente de tercera edad”, confirman los dueños. El vínculo con los clientes se fue construyendo con años de trayectoria y a través de diferentes momentos compartidos en un mismo espacio, “hay personas que vienen todos los días y comentamos todo de nuestras vidas, si falta unos días ya nos damos cuenta. También viene gente de paso, que está en los hoteles de alrededor y ya los reconocemos cuando vuelven a la ciudad. La vida de los clientes pasa un poco por acá, nos alegramos y sufrimos con ellos” dice Adriana desde el mostrador que le ha dejado miles de anécdotas por recordar.

La trayectoria de Don Emilio constituye también una historia de superación “empezamos con un calentador a gas que nos prestó mi mamá, ni siquiera teníamos cocina”, confiesa Adriana. Además se trata de un emprendimiento familiar con todo lo que ello implica. En este sentido el local se convirtió en reiteradas ocasiones el segundo hogar de la familia Junco, “en un momento sacábamos mesas a la vereda y los chicos ayudaban a atender”, recuerdan los dueños. Tener a la familia como equipo de trabajo puede ser reconfortante y a la vez dificultoso en la vida cotidiana “a veces es difícil cortar el tema de conversación, siempre estaba el negocio en primer lugar. Tratamos de que la relación no se vuelva laboral, poder rescatar otras cosas, disfrutar momentos” reconoce Adriana. Además explica que con el tiempo entendió que la familia es parte del emprendimiento aunque no haya sido planeado así de antemano, “nosotros como padres debemos hacerle querer a nuestros hijos lo que hacemos, nos costó mucho esfuerzo armarlo y ellos deben valorarlo aunque después elijan dedicarse a otra cosa”, y agrega a modo de reflexión: “emprender en lo que te gusta te lleva una vida entera”.

En Don Emilio se puede encontrar comida sencilla, simple y también elaborada o más compleja. Hay variedad de comidas, servicio de parrilla y sobre todo muy buen precio, accesible a la mayoría. También cuenta con delivery para mayor comodidad del cliente. Además se puede consultar servicio para casamientos, cumpleaños, egresos y demás eventos así como también se asiste a diferentes empresas ya sea de manera continua o en el momento en que se requiera.

En el ’79 Don Emilio era la única rotisería y con el correr del tiempo, la modernización de la ciudad, el incremento de habitantes, el lugar ha sabido mantenerse entre las mejores opciones en comida para llevar. La fidelidad de los clientes de siempre y la elección de quienes llegan por primera vez podría deberse a varios motivos. “Quizás es porque trabajamos siempre a conciencia”, piensa Adriana, y Emilio atribuye a “la calidad de lo que hacemos, la atención, los precios y también el estar todos los días acá firmes” su éxito constante. Pero no sólo han logrado la fidelidad de los clientes sino también de su equipo de trabajo que los acompaña desde hace aproximadamente 34 años. “Aldo está con nosotros desde el principio, hay gente muy joven y también algunos ya se jubilaron” comenta Adriana con mucho orgullo de quienes considera también su familia. Actualmente cuentan con un total de nueve personas que trabajan de manera dinámica y coherente con lo que los dueños buscan ofrecer al público. “Siempre tuvimos un buen equipo de gente y eso nos ayuda muchísimo”, confiesa Emilio, convencido de que esa buena selección se transmite en el producto final.

La constancia es uno de los secretos que hace de Don Emilio la rotisería preferida por la mayoría de los bolivarenses, la presencia de sus dueños en el local es una constante a favor de su emprendimiento. “Esa es la clave, el entusiasmo está todos los días. Uno piensa en los hijos, en darle una mejor calidad de vida y esa es una motivación suficiente para seguir trabajando” admite Emilio.

A futuro la familia Junco espera poder seguir creciendo con el emprendimiento que 36 años atrás comenzó como un sueño a concretar, Adriana confiesa emocionada “me gustaría que mis hijos continúen con esto que tanto esfuerzo nos costó” y Emilio agrega “nosotros les dejamos una base, nosotros empezamos de cero y queremos que ellos encuentren un medio para vivir y disfrutar”.

Contacto: 

Dirección: Av. Brown 200

Teléfono/Delivery: 426283

 

 

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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