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No son mascotas, son familia

Mayra Rodríguez, médica veterinaria, conjuga pasión, amor y profesión. Reclama aperturas más flexibles para la actividad y apunta a capacitarse por la necesidad de saber más y curar. La atención clínica y la especialización en camino. Brega por un hospital veterinario.

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Por Melina Gómez

Cuando la vocación golpea la puerta, por más que se niegue va a insistir y dedicarse a lo que realmente moviliza el corazón, es un placer que no todos tienen el gusto de disfrutar. En el caso de la veterinaria Mayra Rodríguez, su profesión estuvo en ella desde muy chica pero, al no soportar el sufrimiento de los animales, optó por otra carrera. Al poco tiempo su amor por los animales pudo más y empezó veterinaria en la Universidad de La Plata, carrera que terminó hace dos años y a lo que se dedica hoy en Bolívar, su ciudad natal.

 

Su sensibilidad ante las enfermedades de los animales, verlos sufrir y no poder hacer nada, la llevó a dudar si en el futuro podía abordar una vida profesional como veterinaria. Su miedo principal era no poder controlar el desborde que significa estar ante un animal enfermo terminal y por eso se inscribió en psicología. “En el curso de ingreso ya me di cuenta que lo que tenía que hacer era estudiar veterinaria así que al otro año empecé la carrera. Me crié en una quinta en la que tuvimos hasta peludos de mascotas, tuve unos papás que nunca nos pusieron límites de animales y tuvimos ciervos, conejos, patos, gallinas, vacas y petisos”, cuenta.

Una vez en carrera, algunas materias que requerían el contacto con los animales, fueron duras de atravesar. “Por momentos se me bajaba la presión por ver cosas que no eran de mi agrado, relacionadas con el sufrimiento del animal. Me hace muy mal ver el dolor ajeno y más en ellos que no tienen la capacidad de defenderse. Siempre comparo a los animales con un bebé desde la inocencia y que no tienen maldad, no existen animales malos, existen personas que los tienen que no saben educarlos”.

Al tener que decidir abocarse a animales chicos o grandes Mayra dejó de lado a los grandes pero no porque no le atraiga su atención sino porque “no me gusta el lugar que le dan a la mujer en el campo y que no acepten que una no tiene por qué saber todo. De grandes me gustan las vacas, su parte reproductiva y hay otros temas que los estudié pero no me interioricé porque no me interesan tanto. Se piensa que si llaman a una mujer por un problema con una vaca o un ternero, no tenemos la fuerza para voltearlo, por ejemplo, o nos da lástima hacer tal cosa a un animal solo por ser mujer, son cuestiones machistas que en el campo están muy arraigadas. Para las mujeres ganarnos un lugar en el campo es un reto diario, se pretende que sepamos todo”.

Sus primeras prácticas fueron en la ciudad de La Plata, Mayra trabajó en un laboratorio y en una clínica que brinda atención las 24 horas, donde se encargaba de las guardias los sábados. Al tiempo tuvo la oportunidad de trabajar en el laboratorio Zoovac en Bolívar y decidió volver. El horario de trabajo le permitía tener tiempo también para dedicarse a los animales y así fue como la decisión de retornar a la ciudad no le fue muy difícil de tomar.

“En el laboratorio se hacen vacunas para animales grandes, yo trabajo en la producción de células para que se infecten con virus y hacer la vacuna. No toco ningún animal, trabajo con organismos vivos que son las células, pero no con un animal y me faltaba eso que es para lo que estudié. No puedo pasar mi vida sin estar cerca de los animales, intentar darles una mejor calidad de vida, no me imagino la vida sin animales”, dice la veterinaria y por eso buscó la manera de articular el trabajo de laboratorio por la mañana y a la tarde hacer clínica en domicilios.

Así, al volver a Bolívar con el trabajo fijo en el laboratorio, Mayra decidió por la tarde atender animales y a través de su cuenta de Instagram @vetencasa.mr ofrece su servicio, donde también comparte información sobre su profesión.

La atención en domicilios es una opción en la que la veterinaria encontró una oportunidad de crecimiento, la tarea la hacía mientras vivía en La Plata y vio que en esta ciudad la iniciativa podía ser favorable. “En el domicilio se puede hacer una manejo integral del paciente. Hay animales que son miedosos porque tuvieron problemas de socialización o fueron rescatados del maltrato y la realidad es que se sienten mucho mejor en sus casas, no se estresan tanto. Poder brindar un servicio a domicilio está muy bueno, más que nada en gatos o animales grandes difíciles de trasladar”.

Además, la joven se incorporó a la veterinaria FyF de Flor Nieto y Fernando Romero. “Siempre apunto a trabajar en equipo, poder charlar casos complicados, tener distintas miradas sobre una misma enfermedad, me gusta mucho el trabajo en equipo, es difícil pero lo ideal para poder atender a un animal”, sostiene.

Al hablar de la pandemia que se atraviesa y que a los veterinarios no se los contemple como profesionales de la salud, Mayra mencionó el caso que ocurrió en Coronel Suárez donde una mujer falleció debido a que un gato la mordió y contrajo rabia. “En Bolívar tenemos las restricciones horarias como si fuésemos un comercio que vendemos alimento o psicofármacos y la verdad es que estamos atendiendo animales. Hace poco tuvimos una urgencia y hasta que abrimos la veterinaria, preparamos el material y acondicionamos el lugar, el animal no resistió y falleció. Si la veterinaria hubiese estado abierta se podría haber salvado. No nos están dando el lugar que merecemos y nos corresponde, porque somos profesionales de la salud y los animales no son mascotas, son integrantes de la familia”.

A su vez, remarcó la necesidad de que exista un hospital veterinario ya que si bien en Bolívar está la organización Sapab, sus integrantes no pueden hacerse cargo de todos los cuidados. “Creo que debería haber un hospital pero hasta que no nos ganemos el lugar y el respeto que nos merecemos, lo veo como algo utópico”.

La idea a futuro de Mayra es ser una buena clínica, tarea para nada sencilla ya que “se debe saber de todo un poco”, y para ello se está formando con cursos de postgrado que dictan profesores de la facultad de La Plata. En la actualidad realiza especializaciones sobre medicina felina y citología, que tiene que ver con el  análisis de las células. Más adelante piensa hacer un curso de nutrición animal, ya que el consumo de alimentos ultraprocesados desarrollan enfermedades crónicas que con una dieta mixta se podrían prevenir y también proyecta capacitarse en la ultrasonografía abdominal para detectar problemas en órganos abdominales y reproductivos.

“Me siento iluminada porque amo mi profesión, me fascina, y el día que quiera dejar de especializarme o aprender, me retiro. Una nunca tiene que dejar de estudiar y actualizarse, hoy lo hago porque tengo la necesidad de saber más”, termina Mayra la charla y enseguida atiende la demanda de su gatito que llega a sus brazos en busca de atención.

 

Contacto

Mayra Rodríguez, médica veterinaria. M.P. 14806. Universidad Nacional de La Plata. Teléfono: 2314 629095.

Veterinaria FyF. Urquiza 77. Teléfono: 2314 469658.

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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