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Covid-19, el llamado

 

Por Verónica Ruiz

 

Avanza el año 2020, sin avanzar siquiera. El juego incesante del tiempo, las ilusiones, los controles y el encierro. La danza sin bailar, de un juego de tronos, serviles y unos cuantos rebeldes amordazados… Nadie es quien era, o quien creía ser, y en su lugar, militamos en la resistencia y la frustración. Luchamos solos y detrás del cristal, por el cual, recién comienza a asomar el sol. No sabemos dónde vamos, si es que vamos, y dado que la tan cuestionada Navidad también está en duda, éste año crecen nuestras ganas de reunirnos entre miles. Es curioso cómo extrañamos a quienes por falta de tiempo, ya poco veíamos, como también, a esas actividades que se apuntaban en nuestra lista de pendientes, año tras año. Pero claro que tenemos derecho! Siempre tenemos derecho a querer otra cosa distinta a la que sucede, lo bonito sería preguntarnos: ¿Quién quiere eso en mí? ¿Quién piensa y actúa en mis pieles? ¿Quién reclama que todo sea igual, si al mirar atrás, sabemos que todos aclamábamos al unísono, que la vida así, no se sostenía más?

El sistema, los sistemas!, el sistema de sistemas… todo estaba truncado… pero seguíamos. Quizá hubo tantas plegarias colectivas, que el mundo decidió frenarse y escucharnos. Simulando la función paterna de poner límites, el mundo, cuan recién despierto de una larga siesta, sin darnos posibilidad de prepararnos, nos mandó a todos a dormir. Dormir simbólicamente, claro está. Algunos estamos más despiertos que nunca jamás, vimos el consumo chatarra, el desgano en ir en medio del tráfico a la selva de cemento, descubrimos que el ruido era insoportable… aunque cotidiano, y que ese trabajo al que le rendimos culto, no pudo con el dinero devolvernos la vocación. Despertamos porque nos quedamos sin trabajo o sin hogar, y tenemos que ser creativos, buceadores y solidarios. Despertamos porque de pronto vimos a esos seres con los que habitamos el hogar, y notamos que no los conocíamos. Despertamos porque sin maquillaje y traje de profesión, el espejo nos devuelve una imagen en la que no nos conocemos. Y el amor por los queridos viejos, esos que siempre están solitos, nos invadió de culpa y responsabilidad. Despertamos porque dormíamos y ahora sabemos que nos gusta más el cuento!… Nos sienta mejor la rutina sin momentos para el otro, ser los sacrificados del viejo paradigma, dispuesto a entregar sus vidas al deber ser. Ahora que vimos espacios vacíos, ahora que madrugada y merienda, lunes que sábado… todo pasó a ser casi igual, el velo del control ha caído. Y el cuento no nos gusta. Ahora que la manipulación y las mentiras matan directamente, preferimos que nos amenacen con el riesgo país, la deuda y el dólar, como antes…

El juego es el mismo!! ¡No hemos ido a ningún sitio! y te invito a que pensemos, qué va a suceder si no cambiamos de una buena vez.  

Dejamos atrás educación, economía, vínculos, prioridades y hasta la muerte, tal como la conocíamos!!! No volvemos atrás. El efecto en nuestro interior ha sido abrasivo, integramos por vez primera muerte y vida en un mismo proceso, en el proceso de Ser.

Nuestros pequeños ojos quedaron cegados y ésta es la posibilidad histórica de volver a mirar, pero esta vez con ojos de unidad.

Resistir desgasta. ¿Qué pasa si hoy decidimos, hacer con lo que hay, lo mejor? ¿Sabés cuánta energía desperdiciamos en negar y retrasar? ¿Qué pasa si decidimos, invertir todo lo que nos quedó, en Ser magnificentes humanos?.

El mundo que allí afuera se proyecta es el mundo mismo que hay en tu interior, vos podes elegir libremente qué hacer con todo eso que aparentemente sucede, y lo que es más sagrado, es que vos y yo elegimos que estados internos habitar. ¿Cuál es el grado de paz que recorre tu interior?, ese mismo es el que percibes fuera. Activa tu estado de unidad, el proyecto no es individual, trascendemos juntos o nos quedamos anclados en el pasado. En el dolor anestesiado.

Atendé el llamado, oí el mensaje, hacete responsable de tu parte y hazla brillar, y así, con vos el mundo cambiara a una frecuencia de paz, amor y verdad.

En ese sitio en el que estás, es exactamente donde tenés que estar para descubrir el milagro que la vida te ofrece detrás de cada incertidumbre, no te postergues más, silencia todo aquello que te empobrece, empapate de coraje y brindate, da todo aquello que tenés y que es mucho. Siempre es mucho.

Lo anterior era una falsa seguridad, y todo lo que nos quita la paz es lo que estamos viendo reflejado, no compremos otras mentiras mundiales, seamos usuarios eficientes de nuestro discernimiento. Tenemos la capacidad de ir más allá de los límites aparentes y crear la realidad que hemos añorado por siempre.  

Podés elegir creer que esta situación nos está matando, pero también, podés elegir vivir desde el estado puro del Ser, anclado en lo verdadero y permanente, sin ser alterado por lo transitorio, ni por la fragilidad de lo aparente. Te deseo un gran Despertar dentro de esta Realidad!!!

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Ciudad de Bolívar - Provincia de Buenos Aires - Argentina - Año 2014

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