El camino a la toma de decisiones

 

La toma de decisiones es vida, es lo que hacemos constante y permanentemente, algunas más importantes, otras más cotidianas. Generalmente elegimos sobre las bases más obvias, cuando en realidad se basa en un cúmulo de múltiples determinantes. Por lo tanto, no es para todos igual, ni tampoco podremos tener certeza en la seguridad que hemos optado.

La psicóloga y escritora Jennifer Delgado se atrevió a enumerar una serie de factores que podrían ayudarnos a decidir de forma más segura.

Propone una regla básica, la de satisfacer prioridades, es decir sentirte satisfecho, lo que implica alinear tu decisión con tus prioridades. ¿Cómo? Antes de decidir se piensa en si el próximo paso te acerca o aleja de las prioridades básicas, pero fundamentalmente hay que decidir, sin dejar que otros decidan por vos.

Analizar en términos de oportunidades, donde la premisa pasa por no examinar en cuestión de "todo o nada" sino sobre las oportunidades futuras. Es decir entre comprar o no comprar, puedo optar en términos de ahorro, en un dinero que no usaremos para poder invertir en una satisfacción mayor. Esto va en paralelo con la ponderación de diferentes opciones, es decir no apostar a un solo jugador. En las grandes empresas se les suele encargar a varias personas la misma posibilidad de solucionar un problema, así se tienen distintas perspectivas, pudiendo elegir el camino más conveniente, y ello nos genera una amplitud en nuestra visión.

El hecho de pedirle a alguien que resuelva el problema está relacionado a la relación emocional que suelen vincularse a las situaciones que debemos solucionar, por lo que el hecho de recurrir a un observador externo nos puede generar ideas muy valiosas, libres de la contaminación mental que podemos arrastrar, generando valiosas ideas que no hubiéramos tenido en cuenta.

Para la experta hay ocasiones en que no arriesgar significa ganar, es decir, antes de decidir podemos imaginar el peor escenario posible, prepararnos para un fracaso, si no podemos lidiar con esa idea, es mejor que analicemos una alternativa menos arriesgada.

En lugar de tirarse al vacío es conveniente poner a prueba diferentes alternativas, yendo paso a paso, aportando seguridad y tranquilidad. Una forma de lograrlo -según Delgado- es realizando pequeños ensayos que permitan visualizar opciones y consecuencias.

La experta recurre al ejemplo del fabricante de mallas Speedo, quienes paralizados en sus ideas, recurrieron a analogías para salir de la situación; pensaron en cosas que se movían con rapidez en el agua, y así encontraron una fuente de resolución.

En muchas ocasiones nos encontramos ante la situación de elegir ante demasiadas opciones, por lo que lo razonable sería limitar las alternativas, de manera de eliminar el desconcierto que nos produce, limitando las posibilidades de elegir el peor camino. Al achicar la cantidad, se pueden evaluar pros y contras de cada una de ellas.

Delgado recomienda la técnica 10-10-10, que consiste en analizar cómo se sentirá al decidir uno durante los próximos diez minutos, diez meses o diez años. Con ese ejercicio se procura trasladar las emociones hacia el campo de las consecuencias, de esa forma, una decisión que imaginás y que produzca malestar futuro, hará ver la necesidad de buscar un nuevo camino.

Por último queda la posibilidad de tomar una alternativa totalmente opuesta a nuestras creencias. Cuando decidimos, lo hacemos en base a la mediatización que realizamos entre quiénes somos, nuestros valores, las creencias y las metas propuestas; pero al imaginar que somos alguien totalmente diferente, podemos analizar otras posibilidades. Pueden que estas no nos resulten cómodas, para ello, se pasa a una segunda instancia que es elegir un punto medio entre la solución hallada y la inicial.