El tobogán de la des-balanza

La consultora Invecq acaba de publicar su informe en el que llama atención sobre el desequilibrio sobre nuestras cuentas comerciales.

El grupo de economistas analiza los datos de la Balanza de Pagos de la Nación, es decir el resultante de nuestras relaciones económicas y financieras entre quienes residimos en el país y el resto del mundo. Como resultante de los datos publicados se observa un déficit en el primer trimestre de 2018 de USD 9.623 millones, lo que representa un aumento interanual del 34%. Según los economistas ello es el resultado de, principalmente, el aumento del 200% en el déficit comercial de bienes, el 14% de servicios y el 20% de egresos primarios representados por giros de rentas por inversiones.

Cuando la consultora analiza la sumatoria anual el déficit acumulado llega a USD 34.000 millones, marcando un crecimiento "muy acelerado" en tanto el año pasado alcanzó los 17.000 millones, la mayoría de ellos concentrados en la balanza comercial de bienes.

 

La cuestión a resolver por la consultora es el por qué factores ocurre. Entienden que el deterioro tiene que ver con "el crecimiento de la economía que requiere de mayores importaciones, la apreciación cambiaria que encarece relativamente los productos exportables locales y abarata los importables, y una acumulación de impuestos distorsivos y regulaciones que atrofiaron a gran parte del sector exportador (energía y carne, por ejemplo)".

Para Invecq se agregan factores como el "poco dinamismo de Brasil (principal importador de productos industriales argentinos), un fuerte incremento de las importaciones tras el levantamiento del cepo cambiario y la reactivación de la inversión, y el incremento de los egresos de dólares por el pago de intereses al haber cambiado la fuente de financiamiento del déficit fiscal. Con los datos de los próximos meses, se adicionará el efecto de la sequía, que restará unos 8.000 millones de dólares de las exportaciones del sector agroindustrial", todo lo que hace pensar en el agravamiento de la situación.

En la balanza de servicios incluyen el empeoramiento por los gastos en turismo, "el crecimiento de los viajes de argentinos al exterior es mucho mayor que la llegada de extranjeros a Argentina", una señal -dicen- "que el dólar estaba barato".

Otra preocupación que visualizan es la referida a las inversiones extranjeras directas (IED), las que tuvieron una reducción del 25% respecto al mismo período del año anterior, por lo que como fuente de financiamiento queda el propio Estado a través de emisiones de deuda externa.

Luego del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional el gobierno y su "programa económico requieren que, a medida que el déficit fiscal se vaya cerrando, la generación de divisas mediante la balanza comercial (de bienes y servicios) se incremente", lo que no se está visualizando, y que Invecq cataloga como "un problema de coordinación o timing". Naturalmente el gobierno necesita dólares, principalmente que "provengan de IED que a su vez generen un incremento de la producción exportable futura", lo que tampoco está sucediendo.

Como conclusión afirma que "si el ajuste cambiario ocurre de manera desordenada puede generar efectos indeseables en la economía como los que ya estamos viviendo: aceleración inflacionaria y deterioro del nivel de actividad interno. El principal desafío del equipo económico en este momento es, justamente, administrar y minimizar esos riesgos".